LEER: Desde los que hacemos posible Todos los Nombres de Porcuna, quisiéramos pedir disculpas a todas aquellas personas que se han puesto en contacto con nosotros a través de e-mail o facebook solicitando información sobre sus familiares, y que a día de hoy no les hemos contestado. Creo que son unas 25 peticiones las que tenemos sin atender, pero es que los medios de los que disponemos son escasos y el trabajo se nos acumula.

Gracias por vuestra paciencia, y esperemos contestar a vuestras peticiones lo antes posible.


- El monumento a la intolerancia y al fascismo se renueva en Porcuna (Jaén)
- El monumento a los "Caídos" sufre una gamberrada.
- Por la retirada de nombres y símbolos franquistas de Porcuna.
- Calles relacionadas con el franquismo y su exaltación en Porcuna
- La peculiar memoria histórica en Porcuna.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Luis Santiago Mico, el joven falangista ahogado en el Guadajoz


Luis Santiago Mico tenía poco más de 20 años cuando las tropas rebeldes del teniente coronel Redondo entraron por “El Muro” el 1º de enero de 1937. Él no abandonó Porcuna, se quedó en ella sufriendo los rigores del golpe, quizás escondido en algún sótano arrebujado entre familiares y amigos, o quizás en algún cortijo o casería aledaña, lejos de los bombardeos insidiosos de la aviación fascista. Sea como sea él se quedó en Porcuna, y a los pocos días, como otros tantos jóvenes imberbes, comenzaron a nutrir las centurias de Falange, las nuevas mesnadas que servirían como carne de cañón en los frentes de guerra provocados por el golpe militar.


Así fue como un nutrido número de jóvenes porcunenses, al socaire de la soflama patriótica de Falange y el Caudillo, se enrolaron en el Batallón Nuestra Señora Virgen de la Cabeza de Jaén o en las milicias falangistas de Córdoba. En una de ellas, en la 1ª Agrupación de Escuadrones a Caballo de FET y de las JONS de Córdoba serviría durante algunos meses nuestro desafortunado protagonista de hoy; junto al también paisano y amigo, Rafael Aguilera Zambrana, bracero, de 21 años de edad.


Dicha agrupación de caballería se encontraba en Cañete de las Torres en el mes de septiembre de 1937, bien como reserva, bien descansando de los frentes de combate. La vida del soldado inactivo, lejos del fragor de la batalla, es casi una vida civil, dedicada a las tareas propias de un hombre en edad de trabajar. Así, el día 8 de aquél caluroso mes, Rafael Aguilera Zambrana y el sevillano Pedro Pérez Pérez, se acercaron al río Guadajoz a cortar carrizos para construir un chozo. En aquellos mismos instantes, Luis Santiago Mico, que previamente le había pedido permiso a su sargento, se marchó al cortijo El Alférez, cerca de la aldea de Albendín, lavó su ropa, la colgó mirando al sol, y recostado cerca de una higuera comenzó a engullir sin miramiento alguno higo tras higo. Sediento y sudoroso, el joven falangista se acercó a la orilla del Guadajoz a darse un refrescante baño. Rafael Aguilera Zambrana que se encontraba relativamente cerca comenzó a escuchar los gritos de su compañero que pedía angustiosamente ayuda. ¡Corrió tanto como sus piernas se lo permitieron! y observó, estremecido e impotente como un remolino en un recodo del río absorbía hacia el fondo a su paisano y amigo. Pálido como una pared andaluza llegó el aserrador Pedro Pérez, mientras Rafael volvía a correr dirección al cuartelillo a poner los hechos en conocimiento del sargento de guardia. Llegaron más compañeros y se pusieron a rastrear el curso tranquilo del Guadajoz. A las pocas horas de la tragedia, las aguas o Caronte devolvían sin vida el cuerpo de Luis Santiago Mico. La autopsia la realizó el médico de la Agrupación, Francisco Segovia García, certificando que la muerte se produjo por congestión alimenticia y consecuente asfixia posterior por inmersión.


Frente a la idílica muerte del héroe en combate defendiendo su patria de enemigos indecorosos; la tragedia quiso que este joven voluntario falangista falleciera cerca de los frentes de lucha, pero en una actitud nada heróica, más bien cotidiana e irresponsable. Nadie se acordaría días después de su muerte; ni la posguerra franquista lo homenajearía con calle o inscripción alguna; y menos aún con pompas fúnebres y misas de campaña, reservadas a los mártires y a los caídos en combate contra la anti-España. ¡Descanse en paz!, pues en suma, no deja de ser otra víctima del golpe militar.


Para finalizar, después de narrarles brevemente esta triste y angustiada historia, si algún familiar o protagonista quisiera hacerse con la “diligencias previas” que se abrieron para esclarecer los hechos de la muerte, y que nosotros hemos rescatado del Archivo Histórico del Tribunal Militar Territorial Segundo de Sevilla, no tienen nada más que pedirlas a través de nuestro correo electrónico. Gracias.

Fuente:

Diligencias previas nº 2.168 legajo 140 nº 5.145, fondo 8.000, abiertas sobre la muerte de Luis Santiago Mico. Archivo Histórico Tribunal Militar Territorial Segundo de Sevilla. Consultado el 3.12.12.


Apartado de correos nº 47-23790. Porcuna (Jaén)
nombresporcuna@gmail.com




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