LEER: Desde los que hacemos posible Todos los Nombres de Porcuna, quisiéramos pedir disculpas a todas aquellas personas que se han puesto en contacto con nosotros a través de e-mail o facebook solicitando información sobre sus familiares, y que a día de hoy no les hemos contestado. Creo que son unas 25 peticiones las que tenemos sin atender, pero es que los medios de los que disponemos son escasos y el trabajo se nos acumula.

Gracias por vuestra paciencia, y esperemos contestar a vuestras peticiones lo antes posible.


- El monumento a la intolerancia y al fascismo se renueva en Porcuna (Jaén)
- El monumento a los "Caídos" sufre una gamberrada.
- Por la retirada de nombres y símbolos franquistas de Porcuna.
- Calles relacionadas con el franquismo y su exaltación en Porcuna
- La peculiar memoria histórica en Porcuna.

domingo, 30 de enero de 2011

LUCAS FORTADO CAÑETE


FORTADO CAÑETE, LUCAS

Lucas Fortado  nació en 1902, en el Pedroso (Sevilla), siendo vecino de Porcuna durante los años 30 del pasado siglo. De profesión “chófer”, estuvo casado con Ana Corpas Casado, con la que tuvo siete hijos.
Un fusilado en Málaga con las manos atadas con alambre. Fuente: (Correoweb)

Finalizada la Guerra Civil fue detenido el 15 de abril de 1939, y encarcelado en la prisión provincial de Córdoba.

El expediente del Consejo de Guerra Sumarísimo al que se le somete es uno de los más ricos en cuanto a información, declaraciones de testigos y misivas del que disponemos por ahora. Este “chófer” fue condenado a muerte tras un interminable periplo de declaraciones y testigos. En sus cartas al tribunal militar siempre defendió su inocencia, aunque para el tribunal, había hechos probados para fusilarlo.
Con nocturnidad y alevosía, fue ejecutado a las 5,23 minutos de la mañana del 3 de junio de 1941, junto a otro compañero de infortunio, Avelino Nevado Asensio. Sus restos mortales se encuentran en la sepultura número 116 del cuadro de San Ramón del recinto católico del cementerio de San Rafael de Córdoba.
Rogaríamos a familiares y amigos, así como a la familia de Barrionuevo López Obrero que se pusieran en contacto con nosotros para facilitarles toda la documentación de la que disponemos de él. El expediente es muy interesante para aquellos que estén estudiando la guerra civil y la posguerra en Lopera y Valenzuela, pues se dan detalles de los asesinatos producidos en el “Puente del Ahorcado” (Porcuna) y en la plaza de Valenzuela.

Fuente: Expediente Procedimiento Sumarísimo de Urgencia nº 36.401 contra Lucas Fortado Cañete. Archivo Militar Segundo, legajo 84, número 6. Sevilla. 

En el expediente existen referencias también a las siguientes personas, entre otras:
  • Miguel Osuna López.
  • Antonio del Pino Madrero.
  • Antonio Cabeza Gordillo.
  • Reyes Ramos Burgos.
  • José María Huertas.
  • Juan Aguilera Ruiz.
  • Fernando Peláez Fajardo. 
  • Antonio Arjonilla Moreno.
  • Miguel Cabeza Casado.
  • Ángel Bellido Salas, "Salica".
  • Julián González Cuéllar, "El Mohino".

sábado, 29 de enero de 2011

LUIS TORRES GARCÍA

Luis Torres Garcia, nació en Porcuna en 1907, de profesión "chofer", y afiliado a la UGT de Transportes durante la República. Detenido tras finalizar la contienda, es juzgado y absuelto, dejando la cárcel de Jaén el 25 de mayo de 1940.

Rogaríamos a aquellos familiares y amigos que se pongan en contacto con nosotros para intercambiar la información de la que disponemos.


miércoles, 26 de enero de 2011

Manuel García de la Cruz, muerto en la cárcel


MANUEL GARCÍA DE LA CRUZ “Tartaja o Tartamudo”.

Manuel García de la Cruz, conocido como “Tartaja” o “Tartamudo” cometió el error de su vida al regresar a Porcuna, procedente de Higuera de Arjona, una vez terminó la guerra. Allí lo recibieron primero en el cuartel de la Guardia Civil, donde fue interrogado y se le confeccionó la correspondiente ficha de detención que incluía los campos a rellenar de filiación personal, política o social y actuaciones “antes del Movimiento”.

Fue detenido el 14 de abril de 1939, a la edad de 59 años. Oriundo de Lopera (1880), este jornalero y carbonero a la vez, que se casó con Librada, con la que tuvo 4 hijos, militó en el Partido Comunista y en la UGT, cometiendo, sin saberlo (era analfabeto) su segundo error: haber simpatizado, desde el anonimato colectivo, con los partidos y grupos de izquierdas o republicanos de la época.

Ese mismo día, como si de una excursión se tratase por los locales del horror y del terror de Porcuna, dejó atrás el cuartel de la Guardia Civil, para ser conducido una calle más arriba, maniatado por Juan Pulido Orozco, recién llegado del campo de trabajo donde fue recluido por los Tribunales Populares y Tomás Aguilera Villa, el “Bizquillo”, camisa vieja de Falange desde 1934. Ya en el centro de Falange, donde estuvo el bar de “Andrés, el de la Cara Cortá”, entre vergajos y estacas de olivo fue interrogado por el “Sr. Muerto”, es decir, el Jefe de Investigación de FET, el todopoderoso Victor Funes Pineda, a la sazón médico de profesión y verdugo por devoción. Un hombre flacucho, escondido y enfermo durante los tiempos en que triunfó “la revolución marxista” en Porcuna, y que nunca fue detenido, por la lástima que despertó entre sus conciudadanos, los milicianos, que luego él juzgó sin escrúpulos.

Allí confesó sus males, nuestro convecino García de la Cruz, ... allí cometió su tercer error. Ante esta banda sedienta de sangre, confesó que el día en que quemaron los santos, se presentaron dos mujeres en su casa con trozos de madera para que se la troceara con el hacha, porque ellas no podían. Nuestro carbonero, cuyo oficio era hacer carbón del árbol, y en este caso, del santo caido, ofreció su ayuda para trocear los restos de la imaginería de la ermita de San Cristóbal.

Del centro de Falange pasó, con toda probabilidad, a uno de los dos campos de concentración que había en Santiago e Higuera de Calatrava. En julio pasó a las garras de Lupiañez, carcelero de la Iglesia de Jesús, para después entrevistarse con el juez instructor, José Luis Amador Roldán. Éste pide nuevos informes a las fuerzas vivas del pueblo (es curioso que falte el informe del cura-párroco) y solicita más testigos. Entre los informes recibidos por dichas “autoridades” se encuentra la del Sr. Alcalde, el todopoderoso Benito Garrido Palacios, que a falta de mayores motivos de acusación, dice que militó desde antiguo en la UGT, y evidentemente, que era un pirómano iconoclasta. No podemos quitarle la razón a D. Benito, pues seguramente coindiesen en la Casa del Pueblo allá por 1931, cuando nuestro Alcalde también se encontraba afiliado a la UGT.
Carné BGP
Carné de la UGT de Benito Garrido Palacios con fecha de ingreso de 1 de julio de 1931
Entre los testigos llamados por el juez, como si faltasen argumentaciones suficientes para poder condenar a nuestro maltrecho reo, hace su aparición Rafael Agüera Montes, vecino de Porcuna, pero natural de Córdoba. Dice el susodicho, como si estuviese delante de una bola de cristal, que Manuel García “influyó mucho en la muerte de los hermanos Rodríguez Criado de Lopera”. Evidentemente nuestro envejecido paisano lo desmiente, pero como la justicia “es ciega”, el Juez instructor encontró un argumento “convincente” para proponer al Consejo de Guerra un castigo ejemplar.

Así las cosas, Manuel García de la Cruz, fue juzgado en Porcuna el mismo día fatídico del 24 de agosto de 1939, y condenado a la desproporcionada pena de “reclusión perpetua”. Con posterioridad se revisaría su pena a 30 años de cárcel. Y ya, el 9 de diciembre de 1943, se le conmutó a 20 años y un día de reclusión mayor.

Poco le tuvo ya que importar a Manuel que le redujesen la pena a 20 años de cárcel, pues éste murió en la prisión de Linares el 12 de abril de 1943 como consecuencia de una “aristolia”, a la edad de 64 años.

Se había cometido una nueva injusticia. Descanse en paz.

martes, 25 de enero de 2011

Refugios, tricheras y fortificaciones



Búnker B (Porcuna, Jaén)
Bunker a la orilla del Rio Salado (Porcuna). Foto cedida por FhotoIpolca

La Universidad de Jaén señala 28 vestigios arquitectónicos de la Guerra Civil

GINÉS DONAIRE - Jaén - 25/01/2011

Refugios antiaéreos, trincheras, cuevas, fortificaciones o nidos de ametralladora son algunos de los 28 vestigios arquitectónicos de la Guerra Civil que han sido inventariados por la Universidad de Jaén para su puesta en valor como lugares objeto de musealización. De hecho, el borrador del decreto para señalar los lugares de memoria histórica que ha elaborado la Consejería de Gobernación obligará a las Administraciones públicas a preservar estas identificaciones.

"El trabajo tiene una gran importancia desde el punto de vista patrimonial, histórico, didáctico e, incluso, turístico", señala el profesor Santiago Jaén Milla, del Departamento de Didáctica de las Ciencias de la Universidad de Jaén, que es quien ha dirigido la investigación. El trabajo ha permitido recopilar toda la documentación textual, fotográfica, cartográfica y bibliográfica sobre las huellas materiales de la Guerra Civil en Jaén.

De este modo, en Alcalá la Real se han identificado dos tramos de fortificación excavada en la tierra (trinchera) y una cueva-refugio utilizada durante la guerra y con posterioridad por la guerrilla de Cencerro. También en la comarca de la Sierra Sur, en Alcaudete, se ha localizado lo que se denomina una casamata, un edificio camuflado que posee armas pesadas.

Pero es en la comarca de la Campiña y, sobre todo, los municipios más próximos a Córdoba donde mayor cantidad de vestigios se han inventariado. A resaltar el caso de Lopera, con un fortín antitanques, una casamata, un puesto de observación, dos reductos, un conjunto de cuevas-refugio, una trinchera y un campo de batalla donde se libró la batalla de Lopera en la Navidad de 1936. En Torredonjimeno se han recuperado dos trincheras; en Porcuna, un nido de ametralladoras y dos reductos (construcciones pensadas para albergar a una escuadra de combatientes); en Marmolejo y en Bailén, sendas trincheras; en Arjonilla, un refugio antiaéreo; en Andújar, un campo de batalla, y en Baños de la Encina, una trinchera y una cueva-refugio antibombardeos.


Nota de Nombres Porcuna:

Si la noticia dice la verdad, es decir, que la Universidad de Jaén, a través de su Departamento de Didáctica de las Ciencias, ha localizado en toda la provincia 28 "hitos" arquitectónicos de la Guerra Civil, hemos de decir, sin ánimo de controversia, que el bagaje ha sido muy pobre. Solo en lo que es la línea del frente entre Lopera y Porcuna, podríamos contabilizar más de 28 elementos físicos de fotificación.

En cuanto a la documentación consultada por la Universidad, sinceramente creo que deben de buscar más, y prospectar los municipios jiennenses, ya que existe un patrimonio histórico más rico de lo que la noticia expone.

Como siempre, ofrecemos nuestra colaboración al Departamento de Didáctica, por si quisiesen abundar en los elementos y bienes pertenecientes de la guerra civil en la provincia, o por lo menos, en lo que nosotros conocemos  mejor, la zona Lopera-Porcuna-Valenzuela.

lunes, 24 de enero de 2011

El Consejo de Guerra de 24 de agosto de 1939 en Porcuna

CONSEJO DE GUERRA SUMARÍSIMO CELEBRADO EL 24 DE AGOSTO DE 1939 EN PORCUNA.

Gracias a la obra inédita de Emiliano Rodríguez Garrote, “Odisea de un antifascista en la posguerra de Franco” (1981) contamos con una fuente de información nada desdeñable a la hora de poder reconstruir los duros años de la posguerra en Porcuna. Rodríguez Garrote habla en su libro que el día 24 de agosto de 1939, con un sol de justicia, fueron sacados de la cárcel habilitada de la Iglesia de Jesús, cuarenta y cinco presos entre hombres y mujeres. Por el momento, nosotros, hemos localizado en distintas fuentes, pero sobre todo en los expedientes sumarísimos de urgencia a los que fueron sometidos, a treinta y dos personas que vivieron, al igual que Rodríguez, aquella tragicomedia de una tarde de verano en lo entonces fue juzgado militar, es decir, el antiguo palacete de los Funes, hoy Cafetería del Sibaris. Veinticinco de ellos fueron condenados a muerte esa día.
Juicio multitudinario de posguerra en Madrid

En aquella época, y por la cantidad de presos que había en los pueblos y campos de concentración adyacentes, en Porcuna lo que había era un juez instructor de expedientes, a la sazón teniente, y conocido como José Luis Amador Roldán, asistido por un secretario, el sargento Rafael Campas Moreno. Dichos expedientes nacían en la sede de Falange, apoyados al unísono por los informes del Alcalde, la Guardia Civil y el Cura Párroco. Una vez instruido el expediente, un tribunal itinerante procedente de Córdoba dictaba sentencia según “los delitos” cometidos por los perdedores de la contienda. Dicho Consejo de Guerra estuvo presidido por Antonio Escobedo Góngora, cuatro vocales, Manuel Sánchez Segura, Juan Victoriano Barquero Barquero, Manuel Barros Soler y Gregorio Hernández Vélez y un ponente Rafael Blázquez, que suponemos que hizo de fiscal. De secretario hizo Domingo Liébana Checa.

Pero dejemos a Emiliano Rodríguez Garrote, relatarnos qué ocurrió aquella tarde estival en el centro del pueblo, ante la mirada y la curiosidad de las gentes de Porcuna:

“ Los vencedores proclamaban a los cuatro vientos que estaban forjando una nueva España, ¿pero sobre qué base se fundaría esta nueva España?. Por depronto en lo que se refería a justicia, nosotros podíamos comprobar que aquello era un verdadero asco, una cuadrilla de asesinos encaramados en los improvisados Tribunales sin el menor atisbo de moral pisoteaban los derechos humanos como si de animales inferiores se tratara. En Porcuna, el sagrado reglón de la Justicia discurría del siguiente modo: en la inmunda taberna de Tranquilla se reunían los matones de Falange formando una especie de Consejillo. Éstos se encargaban de instruir el correspondiente expediente a cada uno de los presos de la Iglesia de Jesús. Donde no había causa se inventaba y para ello no había cosa mejor que inspirarse en una buena botella de vino de Montilla; después averiguaron que aquellos luctuosos expedientes tenían que ir firmados por el propio acusado; pero según ellos, aquello no era problema. De la firma se encargarían los siniestros verdugos Matías Ruano, Gila, El Rubio de la Morena, el Zapatillero, Gronzón y los que fueran necesarios, pues cuervos de esta talla siempre estaban merodeando por los alrededores de la casa de Falange dispuestos a hacer un bien por “La Patria”.

Varios expedientes de Consejo de Guerra consultados por nosotros

Desde la casa de Falange el expediente iba a parar al juzgado militar que lo habían instalado en la casa más céntrica del pueblo (donde hacía años estuvo el bar Regio). El Sr. Juez, que por cierto fue descrito en el capítulo anterior, era una Teniente macrocéfalo que al ponerse novio con la hija del Rubio Adana puso a su disposición de los fascistas del pueblo los instrumentos de la Justicia. Quienes conocen el montón de arbitrariedades cometidas a la sombra de aquél pernicioso juzgado son Celia Adana y una hija de Aroles que, a la sazón, servían de mecanógrafas al improvisado Juez instructor. Así las cosas, llegamos al día 24 de agosto de 1939, en que se movilizaron toda la Falange del pueblo y la Guardia Civil, para ellos aquél era un día de fiesta.

Abrieron las puertas de la Iglesia de Jesús, penetraron en tropel y se situaron en el centro de la nave. Entonces, uno de los componentes del grupo con un papel en la mano iba leyendo nombres, de forma que a los nombrados los iban amarrando con cuerdas de dos en dos, al tiempo que los sacaban a la calzada exterior de la iglesia.

Detrás de los presos situaron a las presas atadas como nosotros; en esta disposición quedó formada una larga columna fuertemente escoltada por aquella patulea de falangistas y de guardias civiles. El que mandaba las fuerzas ordenó la puesta en marcha y con paso lento fuimos subiendo por la Avda. de los Mártires (la avenida de los Mártires arrancaba desde la misma iglesia de Jesús hasta la mitad de la Carrera y fue bautizada por nosotros con miras a si alguna vez volvía una Democracia se le pusiera este nombre respondiendo a los deseos de aquellos mártires que tantas veces había sido conducidos hasta la casa de la Falange). A nuestra entrada en la Carrera pudimos ver que, en las aceras y los balcones se encontraban atestados de público sediento de espectáculo, por lo que indirectamente se hacía copartícipes de aquella tragedia, así mismo, el trayecto de nuestro recorrido estaba salpicado de centinelas del cuerpo de la guardia civil y de falangistas uniformados. La columna la formábamos cuarenta y cinco presos entre mujeres y hombres quedando el resto de los detenidos en la iglesia. (...)

Iglesia de Jesús, habilitada como cárcel y centro de torturas en la posguerra (Deporcuna.com)
Por fin, fuimos pasando al edificio reseñado y a medida que entramos nos iban sentando en unas cuantas filas de bancos de madera que había traído de las escuelas para este fin. Las compañeras presas ocupaban los bancos delanteros mientras que a nosotros nos tocaron los de la parte trasera. A un metro de altura y delante de los bancos se levantaba un tablado a especie de un gran escenario que, a su vez, se dividía en tres partes: una parte central en la que figuraba una gran mesa con una jarra de agua, varios vasos y a su alrededor algunas sillas enguantadas.

La parte de la derecha era un gran palco atestado de sillas que delataban claramente serían para espectadores de categoría y, por último, en la parte izquierda dejaron un espacio en el que había dos mesas con varias botellas de licor y vasos en abundancia.

Este conjunto se asemejaba a un teatro en el que solo faltaban los cómicos. Los presos permanecimos sentados en los bancos, atados los unos a los otros y vigilados por una sección de guardianes con el arma sobre el brazo dispuestos a todo.

A las seis en punto de la tarde fue ocupado el palco de la derecha que estaba reservado a las señoritas y señoritos fascistas del pueblo. En sus rostros resplandecía la alegría propia de asistir a una fiesta extraordinaria; en cuanto al escenario central fueron ocupadas todas las sillas por unos pajarracos huesudos, vestidos de negro, muchos de los cuales portaban largas barbas, mientras que sus narices judáicas soportaban enormes lentes.

Según mi criterio personal nos encontrábamos ante un tribunal fascista extraído de las entrañas de algún convento con el fin de cubrir las necesidades, puesto que aún no les había dado tiempo para improvisar un Cuerpo Jurídico Franquista.

Antes de dar comienzo a aquella farsa, Ramón Francho, yerno de la tía fea, se acercó a la mesa y plantificó un gigantesco crucifijo que serviría de alegoría y respaldo al grupo misterioso que constituía aquel Tribunal. Por fin, el acto dio comienzo a una indicación del que hacía de Presidente. De un extremo de la mesa se levantó un cuervo que tomando una hoja de papel comenzó con hacer un panegírico que bien visto, no guardaba relación con el acto que allí se celebraba.

A la derecha,  antiguo palacete de la familia Funes, lugar donde se celebraron los juicios de 1939. (Deporcuna.com)

Mezcló los Campos de Castilla con los campos de Extremadura, la industria de Bilbao con las altas chimeneas de Cataluña, para después venir a parar a la riqueza castrense de nuestra Patria personificada en el Caudillo Franco, providencial Jefe del Estado Español y en nombre del cual, este Tribunal - palabras de aquél cuervo- plasmaba la más estricta justicia. Esta perorata arrancó un fuerte aplauso de los componentes del palco de la derecha del escenario, o sea de la señoritas y los señoritos del pueblo de Porcuna y, quizás de algún forastero que había sido invitado a presenciar la pulcra forma de condenar a los “Rojos” de nuestro pueblo. Después, como si todo estuviera prefabricado, dejó aquellas hoja que tenía en sus manos y que le sirvió de lectura y tomó otro de encima de la mesa; acto seguido comenzó diciendo: “Como Ministerio Fiscal me permitiré dar lectura a los nombres que siguen”: desde fulano de tal a zetano, comprendiendo veinticinco nombres de presos de los que nos sentábamos en los bancos, incluyendo nombres de alguna mujeres - dijo - se les impone la pena de muerte. Después y con el mismo papel en sus manos pronunció el nombre de otros doce presos más a los que, según él, se les imponía treinta años de condena y, por último se refirió a ocho presos más a los que les correspondieron veinte años de condena. En cuanto a mí, no llegaron ni a nombrarme (...).

Terminado el veredicto los grajos negros que constituyeron aquel tribunal volante pasaron al palco de la izquierda donde les aguardaban las dos mesas descritas anteriormente repletas de botellas de licores”.

Entre las condenadas de aquél día había varias menores de edad (una de 15 años y otra de 16), que sin ningún escrúpulo fueron condenadas a elevadas penas de cárcel, por haber vestido ropas de las monjas de San Benito u otros hechos similares.

Pasamos a relacionar, por el momento, a las 32 personas que hemos localizado y que ese día 24 de agosto fueron juzgadas y condenadas por los tribunales fascistas:

1.- Cabezas Acuña, Eulogio. “El de Remedios”. Fusilado. 6-2-1940.
2.- Casado Gallego, Juan. “Belén”. Fusilado. 6-2-1940.
3.- Cobo Casado, Juan. “Joroba”. Fusilado. 6-2-1940.
4.- Garrido de la Hoz, Pablo. “Pacharca”. Fusilado. 6-2-1940
5.- González Gutiérrez, Rodrigo. “El de la Churra”. Fusilado. 6-2-1940.
6.- González Requena, Francisco. “Morrina”. Fusilado. 6-2-1940.
7.- Jaén Millán, Manuel. “Taratatí”. Fusilado. 6-2-1940.
8.- López Méndez, Antonio. “El Méndez”. Fusilado. 6-2-1940
9.- Morente de la Torre, Benito. “El Dinde”. Fusilado. 6-2-1940.
10.- Ocaña Castillo, José. “El Blanco”. Fusilado. 6-2-1940.
11.- Orozco Cañas, Fernando. “Vizco Orozco”. Fusilado. 6-2-1940
12.- Requena Aguilera, Francisco. Fusilado. 6-2-1940.
13.- Rojas Merino, Francisco. “Rojitas”. Fusilado.6-2-1940.
14.- Ruiz Morente, Juan. Fusilado. 6-2-1940.
15.- Sánchez Ruano, Juan. “El Gilo”. Fusilado. 6-2-1940.
16.- Valenzuela Torres, Manuel. Fusilado. 6-2-1940.
17.- González González, Tomás. “Morrina”. 6-12-1939. Fusilado.
18.- Heredia Recuerda, Francisco. “León”. 6-12-1939. Fusilado.
19.- González Vallejos, Bienvenido. 12 años y un día de cárcel.
20.- Montilla Villa, Lorenzo. 20 años.
21.- Moreno del Pino, Rafael. “El Chili”. 20 años.
22.- Navarro Rubio, Carmen. Reclusión Perpetua.
23.- Quero López, Luis. 30 años de reclusión.
24.- Quesada Moreno, Josefa Inmaculada. 12 años y un día.
25.-Puerto Navas, Damiana. 6 años y un día.
26.- Padilla Márquez, Ana. 20 años.
27.- Romero Olea, Purificación. 12 años y un día.
28.- Ruiz Montilla, María Josefa. Sin datos.
29.- Rodríguez Torres, Miguel. 6 años y un día.
30.- Sánchez Serrano, Francisco. 12 años y un día.
31.- Simón del Pino, Benito. 6-12-1939. Fusilado.
32.-Torres Villa, Manuel, “Carita”. 12 años y un día.


 Rogaríamos a lo familiares de estas víctimas que se pongan en contacto con nosotros para obtener más información, y poder ofrecerles la que tenemos de ellos.


domingo, 16 de enero de 2011

Comité del Frente Popular de Porcuna: Juan Ortega Prieto

Sello del Comité Local del Frente Popular de Porcuna

Con el avance de los insurgentes por la campiña cordobesa en diciembre de 1936, pocos días antes de finalizar el año y tras los primeros bombardeos de la aviación facciosa el 14 de ese mes, por parte del Comité Local del Frente Popular de Porcuna se da orden de evacuación del municipio, comenzando así la diáspora forzada de porcunenses por todo el territorio nacional. Sería la primera emigración de envergadura del siglo XX, de trágica consecuencias en muchos casos.

Las fuentes de las que disponemos hablan de unas 7.000 personas evacuadas en ese mes de diciembre, a las que habría que sumarle cifras similares en lo que respecta a los refugiados que se encontraban en Porcuna huyendo de las carnicerías de requetés, moros y regulares que estaban practicando en tierras cordobesas. Si tenemos en cuenta que Porcuna tenía unos 13.800 habitantes en 1936, más de la mitad tuvieron que dejar sus casas (muchas en ruina ya por los bombardeos) poco antes de que finalizase el año.

El Comité Local del Frente Popular de Porcuna se marcha a Jaén, funcionando como un ayuntamiento en el exilio interior, pero con las mismas funciones que cuando estaba en Porcuna. Dicho Comité, que tuvo varios cambios a lo largo de la contienda, estaba compuesto en 1937 por las siguientes personas:

  • Presidente: Rafael Montilla García (PSOE)
  • Secretario: Juan Ortega Prieto (PCE)
  • Vocal: Rogelio Gómez Díaz (IR)
  • Vocal: Manuel Cobo Aguilera (UGT)

La suerte de la posguerra fue desigual para los componentes de este Comité Local. Rafael Montilla moría torturado en un olivar de Baza en enero de 1940. Manuel Cobo Aguilera, compañero de presidio de Rafael en Baza, sufrió años de cárcel, para terminar sus días en Porcuna, marginado, y curandose unas heridas que nunca llegaron a cicatrizar hasta su muerte en 1952. Rogelio Gómez sufrió el “turismo carcelario” recorriendo media España al ser condenado a reclusión perpetua. Y Juan Ortega Prieto, ¿qué fue de él?.
Casas bombardeadas en Porcuna
 Casas destruidas por la aviación fascista en Porcuna. Enero de 1937. (Foto Serrano)

Por el momento de Juan Ortega Prieto apenas tenemos información alguna. Sabemos que era el máximo responsable del Partido Comunista en Porcuna, sustituto muy seguramente de su fundador, Manuel Camuñas Pérez, “El Rueda”, exiliado en Francia.

Como siempre hacemos un llamamiento a familiares y amigos para que puedan aportarnos cualquier información sobre Juan Ortega Prieto.

viernes, 14 de enero de 2011

EXILIADOS: Luis Ruiz Jaén

LUIS RUIZ JAÉN



 
Luis Ruiz Jaén nació en Porcuna. Fue miembro de la UGT primero, y posteriormente afiliado a la Agrupación Socialista local (PSOE). Participó activamente en las huelgas campesinas de 1934 y luchó en el Ejército Republicado durante nuestra contienda civil. Finalmente se exilió a Francia donde perteneció a las Secciones del PSOE y de la UGT de Toulouse, localidad donde falleció en septiembre de 1946.

Hasta la fecha a Luis Ruiz Jaén lo teníamos como "desaparecido". Gracias a las gestiones realizadas por nuestros colaboradores, hemos encontrado las pocas referencias anteriormente reseñadas, en la Fundación Pablo Iglesias.

Como siempre, y como tan buenos frutos está dando para todos aquellos que creemos en la recuperación de nuestros olvidados, agradeceríamos cualquier información que nos pudiese ampliar la información aquí publicada.

Fuente: Fundación Pablo Iglesias. Diccionario Bográfico del Socialismo Español. ES 14.IX.1946.

lunes, 3 de enero de 2011

Andrés Félix del Pino Pérez

ANDRÉS FÉLIX DEL PINO PÉREZ.

Nacido en Porcuna el 20 de noviembre de 1915, en la C/ Trafalgar s/n. Sus padres fueron Domingo del Pino Madrero y Manuela Pérez Sánchez. Casado, con dos hijos y de profesión campesino.



Durante los años 30 del pasado siglo fue militante de la UGT, y tras el golpe cívico-militar de julio de 1936, se hace miliciano voluntario. En octubre de 1937 es hecho prisionero por los franquistas y enrolado en una unidad del ejército (posiblemente un batallón de castigo o fortificaciones) durante 19 meses.

Finalizada la guerra, y siendo licenciado, regresa a Porcuna donde es detenido. En el Consejo de Guerra permanente de la Audiencia Provincial de Jaén, ratificada por el Auditor de Guerra de Córdoba con fecha de 4 de junio de 1940, se le condena a 6 años y un día de prisión mayor por excitación a la rebelión militar, sin atenuantes.

En marzo de 1944 se encontraba viviendo en Lopera, en la Calle Paseo de Colón s/n, viviendo de su trabajo.

En 1944 se le abre otro juicio, esta vez por responsabilidades políticas que es sobreseido en 1947, al no tener el denunciado ningún bien, ni de naturaleza inmueble, ni mueble. Hasta esa fecha seguía viviendo en Lopera.

A partir de aquí desconocemos su futuro, así como el de su esposa e hijos.

Fuentes:
  • Expediente de Responsabilidades Políticas 189. 1944.
  • Expediente Juicio Sumarísimo de Urgencia nº 42.315.
  • Registro Civil de Porcuna. 2010.

domingo, 2 de enero de 2011

Manuel Ramos Pino y los presos derechistas



MANUEL RAMOS PINO Y LOS PRESOS DERECHISTAS QUE PASARON POR EL ARRESTO MUNICIPAL DE PORCUNA (JAÉN). 1936.


Archivo Militar de Sevilla

Uno no deja de sorprenderse cuánta información puede proporcionarnos un archivo arrumbado, polvoriento y casi destrozado, como es el Archivo Militar Segundo de Sevilla. Hace algún tiempo ya, accedimos al Expediente del Juicio Sumarísimo y de Urgencia contra Manuel Ramos Pino, a la sazón, secretario de Izquierda Republicana y concejal del Frente Popular de Porcuna durante los meses de febrero a agosto de 1936. Sin querer entrar por ahora en la vida y obra de este personaje peculiar, tenemos que decir que su expediente es uno de los más “ricos” y “jugosos”, en cuanto a información se refiere, de los que hemos desenpolvado hasta ahora.

Por tónica general, los expedientes de los represaliados del franquismo suelen ser parcos en detalles, generalistas en sus acusaciones y faltos de cualquier defensa. Bastan un par de párrafos del Jefe de Falange, el cura párroco, el alcalde o el sargento de la guardia civil, para dar con los huesos en la cárcel o en las tapias del cementerio. En cuanto a los acusadores, en honor a la verdad, y al pueblo de Porcuna, hay que decir que no fueron más de veinte las personas que se prestaron a este juego, lo que dice mucho de unas gentes sometidas a una represión brutal, pero otro lado, conscientes de la dignidad humana de los acusados.

En el caso que traemos hoy a colación, es decir, el expediente de Manuel Ramos Pino, se nos escapa a esa tónica general de “falsas y calumniosas” acusaciones a las que se ven sometidos los vencidos, porque no olvidemos, ese fue su peor crimen, ser vencidos en los campos de batalla. Manuel Ramos Pino tuvo que ser una persona íntegra que no dejó indiferente a nadie. Él mismo se entregó a las autoridades vencedoras a finales de marzo de 1939 en Jaén; pues en principio nada tenía que temer.

Los informes que remiten las autoridades de Porcuna al tribunal militar de Jaén, incluidas las declaraciones de dos testigos, son, como casi siempre, una serie de adjetivoS y calificativos que intentan desacreditar al acusado: “Participó en los asesinatos de ...; incautó tierras, ganado, ...; registró casas, ...; formó a las milicias, ...; ... destacado dirigente marxista, ...; formó parte de las checas de la localidad, ...;” y así sucesivamente. Como decimos, todo esto fue firmado por el cura, el alcalde, el sargento de la guardia civil y el jefe de Falange, mas dos testigos, que en esas fechas no estaban ni en Porcuna. Hasta aquí podríamos decir que todo transcurría con normalidad marcial y justiciera; cuando de pronto, el Jefe de Policía y un camisa vieja de Falange, envían al tribunal sendas cartas u avales diciendo lo “bueno, trabajador, honrado, legal, ...” que era Manuel Ramos. Se produce aquí un punto de inflexión sin parangón. A partir de aquí, sin saber de quién parte la iniciativa, comienzan a llegar al tribunal militar, presidido como segundo por el Teniente José Escobedo, nuestro barbilampiño héroe de Rusia, dos decenas de misivas o avales a favor del exconcejal azañista. La gran mayoría de los avalistas, entre los que se encuentra el presbítero local Casto Martos Cabeza y el propio Jefe de Policía, Ricardo Recuerda Millán, “Rabito Mona”, habían sido detenidos en los días posteriores al golpe militar, e incluso antes, como es el caso de Ricardo Recuerda y su hermano José. Otros seis ex-cautivos, como le gusta decir a la jerga de entonces, también declaran a su favor.

En suma, la pregunta sería, ¿qué hizo Manuel Ramos Pino, para que todos estos derechistas suplicasen para que quedase en libertad?. Todos los declarantes coinciden, incluso aquellos que en primera instancia lo acusaron, en que fue un hombre trabajador, honesto, y, esto es lo más importante, intercedió por ellos cuando éstos se encontraban en la cárcel. Tal fue su intercesión, que la mayoría quedó libre, pudiéndose pasar al otro bando para “continuar la Cruzada”. Lo más curioso de todo es que quedaron libres el 22 de diciembre de 1936, días después de que se produjese la segunda saca de derechistas en Porcuna.

Esto nos lleva a otro pregunta: ¿las sacas de derechistas fueron organizadas por el Frente Popular o realmente fueron producto de los elementos milicianos descontrolados que esos momentos se encontraban en Porcuna?.

Todavía es difícil responder a esta pregunta, pero por las informaciones orales, los documentos y este en concreto de Manuel Ramos Pino, parece que el Frente Popular de Porcuna intentó en todo momento evitar el derramamiento de sangre. Este hecho vendría confirmado por el traslado inmediato de los presos a Jaén, que posteriormente pasarían a Alcalá de Henares para ser juzgados como desafectos a la República. Curioso es, que casi todos, volviese con vida de los campos de trabajo de la República.

Entre los expresos que declaran a favor de Ramos Pino se encuentran los siguientes (las edades corresponden a 1936):

  • Salvador Torres del Pino, 41 años. Industrial. F.
  • Joaquín Puentes Torres, 27 años. Albañil.
  • Patricio Ureña Galán, 26 años. Camarero.
  • Dimas Torres Jaén, 36 años. Maestro de molino.
  • Francisco Torres Herrera, 35 años. Peluquero.
  • Pablo Garrido Talavera, 33 años. Agente comercial. F.
  • Antonio Heredia Torres, 23 años. Carpintero. Excombatiente.F.

Rogaríamos a los familiares de estas personas que nos aporten cualquier información al respecto sobre estos hechos.

Fuente: Archivo Militar Segundo de Sevilla. Folio 42, del Expediente Sumarísimo de Urgencia nº 43936 contra Manuel Ramos Pino. Legajo, 577, nº 19101.

Francisco Hueso Montilla



Francisco Hueso Montilla

Detenido y preso en la cárcel provincial de Jaén desde el 31 de marzo de 1939. Sabemos que estaba en la misma con fecha de 9 de mayo de 1940, según se desprende en las declaraciones que hace en el Juicio Sumarísmo de Urgencia contra Manuel Ramos Pino, concejal de Izquierda Republicana con el Frente Popular. Posiblemente fuese militante de Izquierda Republicana.

Un hermano suyo, Luis, también estuvo en la cárcel, según se desprende del Expediente de Responsabilidades Políticas al que fue sometido.

Agradeceríamos cualquier información al respecto.

Fuente: Archivo Militar Segundo de Sevilla. Expediente Sumarísimo de Urgencia nº 43936 contra Manuel Ramos Pino. Legajo, 577, nº 19101.