LEER: Desde los que hacemos posible Todos los Nombres de Porcuna, quisiéramos pedir disculpas a todas aquellas personas que se han puesto en contacto con nosotros a través de e-mail o facebook solicitando información sobre sus familiares, y que a día de hoy no les hemos contestado. Creo que son unas 25 peticiones las que tenemos sin atender, pero es que los medios de los que disponemos son escasos y el trabajo se nos acumula.

Gracias por vuestra paciencia, y esperemos contestar a vuestras peticiones lo antes posible.


- El monumento a la intolerancia y al fascismo se renueva en Porcuna (Jaén)
- El monumento a los "Caídos" sufre una gamberrada.
- Por la retirada de nombres y símbolos franquistas de Porcuna.
- Calles relacionadas con el franquismo y su exaltación en Porcuna
- La peculiar memoria histórica en Porcuna.

viernes, 19 de septiembre de 2025

«Represión y muerte en Porcuna (Jaén): primeros indicios para la localización de una fosa clandestina de posguerra (1939-1940)»

REPRESIÓN Y MUERTE EN PORCUNA (JAÉN): PRIMEROS INDICIOS PARA LA LOCALIZACIÓN DE UNA FOSA CLANDESTINA DE POSGUERRA (1939-1940)


Arturo del Pino Ruiz

Arqueólogo-Conservador de Patrimonio Histórico


Comunicación ofrecida presencialmente el 11 de septiembre de 2025 en el I CONGRESO INTERNACIONAL: «ARQUEOLOGÍA E HISTORIA DE LA GUERRA CIVIL Y EL FRANQUISMO (1936-1975)». Granada, 10-12 de septiembre de 2025



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INTRODUCCIÓN


Buenos días, antes que nada me gustaría felicitar a los organizadores de este Congreso Internacional tan necesario para poner voz a los sin voz, la Universidad de Granada y el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática, por lo acertado del mismo, viniendo a llenar un vacío para todos aquellos que nos dedicamos a la Historia y a la Memoria fuera del ámbito académico.


Mi nombre es Arturo del Pino, arqueólogo y conservador de patrimonio histórico, y represento hoy aquí al grupo Todos los Nombres de Porcuna, compuesto por historiadores y familiares víctimas del franquismo. Nuestro proyecto es colectivo y solidario, al servicio de los derechos humanos, y tiene como finalidad ayudar a reconstruir las historias de aquellas y de aquellos que sufrieron la violencia franquista en sus carnes, para devolverles, de alguna manera, la dignidad que les fue arrebatada.


Dicho esto, y teniendo en cuenta la limitación del tiempo, vamos a intentar contribuir desde la historia local a la global de una manera objetiva y científica, analizando el caso concreto de Porcuna desde el punto de vista del horror y el terror en los meses inmediatos a la finalización de la guerra (in)civil, pero sobre todo, dejar por escrito que en Porcuna sí existen fosas del franquismo frente al negacionismo histórico de las administraciones, especialmente la local.


En este trabajo se entrecruza la arqueología, la documentación histórica depositada en archivos, la memoria oral como fuente narrativa, y una obra autobiográfica de primer nivel para comprender la inmediata posguerra en esta localidad, las memoria de Emiliano Rodríguez Garrote (1982), «Odisea de un antifascista en la España de Franco», como testigo directo de aquél terror caliente de la primavera al otoño de 1939.



«VENCIDOS» Y ARMADOS DE DIGNIDAD. EL TERROR CALIENTE DE LA PRIMAVERA AL OTOÑO DE 1939. LA CÁRCEL HABILITADA DE LA IGLESIA DE JESÚS.


Finalizada la guerra civil vuelven a Porcuna los cerca de 8000 refugiados que la habían abandonado en el mes de diciembre de 1936 cuando las tropas franquistas tomaron la localidad. 


De manera inmediata y precipitada, los «vencedores» habilitaron dos campos de concentración en los municipios de Higuera y Santiago de Calatrava que sirvieron como filtro para la depuración de responsabilidades, con una finalidad claramente clasificatoria y punitiva. Allí darían con sus huesos cientos de porcunenses que del purgatorio concentracionario pasarían al infierno carcelario.


En Porcuna, en los primeros días de abril de ese año se habilitó como cárcel una antigua iglesia, conocida popularmente como de Jesús. Ésta, alejada de la población y abandonada, sería la «casa de los horrores». Además de la iglesia-prisión, funcionaron varios centros de clasificación, tortura y tránsito, uno, las caballerizas de la temida Guardia Civil, dos, el sótano y habitaciones de la Falange, y tres, la vieja fortaleza medieval conocida como Torre Nueva.


La prisión habilitada de la Iglesia de Jesús estuvo en funcionamiento desde mediados del mes de abril de 1939 hasta al menos enero o febrero de 1940. Por ella pasaron cerca de 300 personas entre hombres y mujeres. 


La forma característica de proceder de las autoridades civiles y militares a la llegada al pueblo de izquierdistas, republicanos, y combatientes, «mutatis mutandis», nos la narra perfectamente Emiliano Rodríguez Garrote en su autobiografía arriba mencionada.


Llegado al pueblo un guardia municipal lo citó para el día siguiente en el «cuartelillo» de la guardia civil, donde le «metieron las manos en la cara» (sic), y le hicieron una ficha. Al día siguiente fue obligado a presentarse en la casa de Falange, donde volvieron a hacerle otra ficha. De allí salió con un grupo numeroso a barrer las aceras y plazas del pueblo como parte de la exhibición pública y el escarmiento sobre los vencidos. 


A las pocas horas fue llamado de nuevo al «cuartelillo», y de allí salió en una cuerda de presos de unos sesenta, atados codo con codo con cuerdas de cáñamo, en dirección al campo de concentración de Santiago de Calatrava. 


De él volvió horrorizado «el día 12 de mayo de 1939, coincidiendo con la celebración de la Romería de Alharilla, patrona de Porcuna» y de nuevo llevado a la casa de Falange. «No habían transcurrido quince minutos desde mi encierro en aquel sótano -nos dice- cuando provenientes del piso de arriba comenzaron a oírse desgarradores gritos, que sin duda eran propalados por mis compañeros de viaje al ser torturados (...)». «Sobre las siete de la tarde y coincidiendo con que la gente regresaba de la Romería de Alharilla, el centro de la población se encontraba atestado de público; entonces, para completar el folclore de la fiesta le cortaron el pelo a la infeliz mujer que había conmigo en el sótano, le dejaron un pequeño moño en lo alto de la cabeza, le colocaron un lazo rojo y en tan deplorables condiciones la soltaron a la calle constituyendo un espectáculo de júbilo y diversión (...) ». 


De los sótanos de la Falange fue traslado a la Iglesia de Jesús. Rodríguez Garrote describe una imagen apocalíptica de los que allí se encontraban encerrados. «Un escalofrío recorrió mi cuerpo, -nos dice- al comprobar que varios de aquellos infelices estaban reventados debido a las enormes palizas recibidas, pues aunque muchos eran hombres relativamente jóvenes, en cosa de pocos días los habían convertido en ancianos aparentes completamente lisiados y hechos piltrafas humanas». 


Rodríguez, sin explicitar, nos habla de los desaparecidos en alguno de los grados que los clasifica el historiador Moreno Gómez (2016), los desaparecidos sensu stricto o sensu lato. Un día, nos dice, se presentaron en la iglesia los matones de siempre, cogieron a un «tal Siles» y entre cuatro le metieron la cabeza dentro de un cubo con agua mientras los demás le propinaron una de aquellas descomunales palizas. El resultado: quedó muerto en el suelo y al «amanecer se lo llevaron para enterrarlo».


Otro caso de desaparición sensu lato fue el de un joven de Higuera de Calatrava, «le amarraron los brazos a la espalda, lo tendieron en el suelo, le amarraron los pies con una cuerda y lo colgaron en la parte inferior del púlpito de la iglesia con la cabeza hacia abajo». Tres días después, entre estertores y sollozos, moriría. «Una vez cadáver, el carcelero lo descolgó, lo envolvió en una manta de su propiedad y, al atardecer se lo llevaron», nos cuenta Rodríguez Garrote. 


Siguiendo con la «escalada de terror», llegamos a lo que Rodríguez Garrote denomina «juicio fantasma». El 24 de agosto de 1939, en un antiguo palacete céntrico del pueblo, fueron sometidos a consejo de guerra sumarísimo 61 personas presas en la Iglesia de Jesús, entre ellas varias mujeres y dos menores de edad. El juicio no pretendía otra cosa que visibilizar la derrota y el castigo al que serían sometidos todos los «anti-España». El menú de acusaciones era variopinto. Muchas declaraciones venían firmadas por los acusados, otras no. Las declaraciones se obtenían mediante bárbaras palizas y las víctimas acababan firmando cualquier cosa que les ponían por delante. Donde no hubo firma, bastó con la huella dactilar de algún discapacitado intelectual o soplón obligado por los falangistas o el sargento de la guardia civil. Todo fue un esperpento en el desarrollo de dicho juicio, un mero trámite para la eliminación física, sin aportación de pruebas, sin esfuerzo por esclarecer los hechos y sin apoyos por parte del defensor.


De las 61 personas sentenciadas ese fatídico día, 23 fueron fusiladas, 8 fueron condenadas a reclusión perpetua, 12, a 30 años de cautiverio, 9, a 12 años de prisión y 6, a 6 años de cárcel. De 3 de ellos carecemos de información y condenas. Además, por las duras condiciones carcelarias, murieron en prisión 6 personas más.


Con estas sentencias ejemplarizantes se buscaba la sumisión y aceptación de las leyes de los vencedores, su modelo social y sus ideas. Es la desinfección definitiva de las «ideas disolventes», el marxismo, el laicismo, el republicanismo, … . ¡Cuántas vidas rotas, cuántas familias destrozadas en un clima de total impunidad, de desprecio y de bestialización de las víctimas!


DE LA TORRE NUEVA A LA FOSA CLANDESTINA: TORTURAS, SUICIDIOS Y ASESINATOS.


La antigua torre calatrava, conocida en Porcuna como Torre Nueva o de Boabdil, fue utilizada en posguerra como un verdadero centro de torturas, una especie de inframundo clásico como lugar del castigo eterno, donde los verdugos obtenían la información necesaria para inculpar a los reos, o sencillamente disfrutaban del placer efímero y el poder omnímodo que mostraban como opresores.


Dos testimonios orales nos contextualizan lo que tuvo que ser aquél infierno para los presos. El primero, el de una familia que vivía justo al lado de la fortaleza nos decía: «mi madre me contaba que mi abuela tenía que acurrucar a los más pequeños para que no lloraran al oír los tremendos gritos de los presos en la torre mientras les daban las frecuentes palizas, y de cómo alguno de ellos saltó, o «lo  saltaron» desde la torre». También nos contaba que su madre «vio al que se tiró, o tiraron desde la torre, mientras otra vecina intentaba evitar que mi madre y otros niños lo vieran. También me cuenta cómo a base de palizas mataron a otro y que ellos lo oían todos los días gritar, … », de él hablaremos posteriormente. El segundo testimonio nos viene de la hija del que fuese primer bibliotecario de la recién inaugurada biblioteca pública durante la República. Fue detenido el 29 de abril de 1939 y tras pasar por las caballerizas del cuartel de la Guardia Civil, donde fue golpeado salvajemente por el sargento, lo encerraron en la Torre donde le siguieron torturando y le fracturaron una pierna. Allí, desde sus ventanucos, pese a sus súplicas, impotente y enojado, tuvo que contemplar el tránsito de la «caja de la caridad» en dos ocasiones: una el dos, y la siguiente, el siete de mayo de 1939. En ellas iban sus hijos Luis y Ramón, de 6 y 5 años de edad respectivamente. A él no lo dejaron asistir al entierro de sus propios hijos. Aquello le marcaría de por vida, se lamenta su hija. 


Torre Nueva. ca. 1940


En esta mazmorra medieval, hoy museo arqueológico donde nada de esto se cuenta, al menos tenemos documentados tres o cuatro muertes que bajo diferentes eufemismos sobre la causa de las mismas, se esconde, sin duda, el asesinato o al menos la inducción al suicidio como consecuencia directa o indirecta de la represión y las torturas. 


Por fortuna, aunque el régimen franquista siempre tendió al ocultismo de cualquier tipo de información, nos han llegado dos expedientes de consejos de guerra que incluyen entre su documentación las autopsias de sus víctimas. Aún así, nos vamos a centrar en un nombre concreto del que tenemos bastante información documental y por suerte, familiar, que nos ha sido de gran ayuda.


Juan de Mata Cespedosa del Pino vestido de militar


Estamos hablando de Juan de Mata Cespedosa del Pino, (a) Trepaollas, de 32 años en 1940, casado y con un hijo, militante socialista, a la sazón subjefe de la policía municipal desde febrero de 1936, y acusado por sus verdugos de todos los «crímenes y asesinatos cometidos en el pueblo». Sí, es él, a la que la familia colindante a la Torre Nueva «oían todos los días gritar» por las «palizas» que le daban. Proveniente de la prisión provincial de Jaén, ingresa en la de Porcuna el 22 de agosto de 1940, muriendo asesinado el 14 de octubre de ese año. En total, 52 días de martirio, 52 días que le sirvieron a sus verdugos para que firmase todo aquello que le pusieron por delante, y todo, porque el que era Jefe de Información e Investigación de la Falange de aquél momento tenía una vendetta personal con el que otrora fuese secretario del Ayuntamiento republicano de Porcuna, Manuel Fernández García. A principios de octubre se había intercambiado misivas con su esposa y mostraba optimismo y preocupación por su retoño. El día antes de su asesinato, su madrastra lo visitó, según nos cuenta la familia, y él estaba convencido que pronto lo trasladarían a la prisión provincial y que allí demostraría su inocencia. Por el contrario, al día siguiente encontró la muerte y en el registro civil aparece un lacónico fallecido por «estrangulación». Quizás fuese eso lo que temieron sus verdugos, que una vez en Jaén, como ya hicieron otros, negase todas las denuncias que él había firmado bajo coacción.


Practicadas las diligencias pertinentes por el juzgado municipal, «se encontró sobre un poyete papel blanco escrito con lápiz firmado por Juan Cespedosa, por el que se confiesa autor de detenciones, asesinatos y otros extremos relacionados con la revolución marxista, anunciado en la misma quitarse la vida y que a nadie se culpara de su muerte». 

El examen llevado a cabo por los médicos actuantes, nada sospechosos, dicho sea de paso, de izquierdistas, estiman el siguiente diagnóstico y conclusiones: «la existencia del surco cervical producido por la cuerda, junto con la congestión pulmonar y meníngea, son hallazgos característicos de la muerte por ahorcadura. Las lesiones traumáticas en distintas zonas del cuerpo sugieren golpes o fricciones previas o concomitantes, cuya cronología exacta no puede determinarse con precisión», hablamos de las secuelas producidas por las continuas torturas a las que fue sometido durante 52 días: «hematoma en región fronto-temporal derecha; erosión superciliar izquierda; varios hematomas en región escapular derecha; erosiones en ingle, muslo y rodilla derecha; pequeños hematomas en escroto y pene; erosiones en codo derecho». La conclusión de los facultativos fue: 1. La muerte se produjo en la madrugada del 14 de octubre de 1940. 2. La causa de la muerte fue una asfixia mecánica por ahorcadura. 3. La etiología médico-legal (suicidio u homicidio) no puede determinarse con certeza dada la coexistencia de signos de ahorcamiento y múltiples lesiones traumáticas.

La «nota de suidio» dice así:

«Juan Cespedosa del Pino afirma que es responsable de los asesinatos cometidos en este pueblo, y de todas las detenciones efectuadas, y verdaderamente resultó que el Secretario D. Manuel Fernández (...) estuvo presenciando en el cementerio los fusilamientos de la noche del 14 de diciembre de 1936. Me quito la vida por no querer vivir en la España de Franco, no culpes de mi muerte a nadie. Juan Cespedosa (rúbrica) viva Negrín».

Como podemos observar en la rúbrica de la «nota de suicidio», ésta no coincide con la firma de Juan Mata en otros documentos, por lo que entendemos, sin ser expertos en grafología forense, que ésta fue falsificada. A esto hay que añadir que el primer día que lo interrogan él niega haber participado en ningún asesinato, pero ¡sorpresa!, interrogado dos días después, sí confiesa su participación en los mismos. ¡Milagros de las torturas!



Si atendemos, en otro estado de cuestiones, a la sentencia final a la que fue sometido Manuel Fernández García, pese a los intentos enconados de inculparlo en los asesinatos del cementerio la madrugada del 14 de diciembre de 1936, finalmente, el tribunal militar lo exculpa de éstos, pese a que el fiscal pedía la pena capital. En dicho expediente, que no tiene desperdicio, varios reos se desdicen de lo que afirmaron en Porcuna, y ahora en Jaén, sin coacciones, afirman que firmaron varias declaraciones bajo tortura y malos tratos. Hay incluso quien afirma, un falso testigo discapacitado intelectualmente, que las denuncias las redactaba directamente el Jefe de Información e Investigación de Falange, y luego le hacían estampar la huella dactilar en un papel sin conocer su contenido por no saber leer, y después le explicaba lo que tenía que decir cuando fuera llamado por los jueces a declarar. 


Pero no solo fueron las víctimas las obligadas a base de torturas a denunciar a sus convecinos, si no que, en un alarde de impunidad, uno de los guardias municipales que atormentó a Juan de Mata Cespedosa, afirma que lo «maltrataron de obra» (sic), especialmente un guardia civil, y que él también participó en las palizas, para que inculpara al secretario del ayuntamiento. 


Gracias al expediente de Juan Cespedosa del Pino y al de Juan Cámaras del Moral, y a sus terribles finales, sabemos con bastante certeza a qué fosa fueron a parar sus cuerpos y la de los demás asesinados o suicidados en la Torre Nueva, Iglesia de Jesús, e incluso, aquellos otros, que encausados o no, murieron en sus casas por enfermedades o secuelas de las palizas, amén de todos aquellos que aparecen como cadáveres desperdigados por diversos puntos del término municipal en ese verano de 1939.


En las diligencias de sepelio de Juan de Mata Cespedosa se dice: el enterramiento tendrá lugar en «en el cementerio civil de esta población (detalle éste muy importante, pues automáticamente descarta el católico), en una fosa existente a la izquierda de la puerta de entrada (...)». En cuanto a Juan Cámaras del Moral, la diligencia de sepelio dice: «que ha quedado depositado en una fosa de la parte izquierda de la entrada, (...)». 



Localización de la posible fosa común de posguerra en el cementerio civil de Porcuna


Por tanto, teniendo en cuenta las diligencias del sepelio, y para concluir, pese a los cambios producidos en el cementerio municipal de Porcuna, tenemos bastante certeza que la fosa se encuentra justamente a la izquierda bajando las escaleras del segundo cuerpo del cementerio viejo. Se trata de una fosa común de beneficencia, que en el momento de los asesinatos o suicidios estaba abierta en el recinto cementerial para acoger los enterramientos de caridad. 


Los familiares, a día de hoy, siguen desconociendo dónde se encuentran sus seres queridos, pues uno de los objetivos del franquismo, como afirma Gil Bracero (2024), además de la anulación física del adversario político, sería borrar la memoria personal o pública de sus víctimas, lo que durante décadas ha dejado marcadas traumáticamente a varias generaciones de familiares que han añorado simplemente poder buscar, identificar y dar digna sepultura a sus seres queridos, mientras el luto suspendido todavía es una lacra negativa que pesa sobre la plena recuperación de los derechos ciudadanos en una democracia de primer nivel.


Muchas gracias por su atención. 



Granada, 8 de septiembre de 2025


PD: el resumen de la comunicación os la podéis bajar en pdf aquí.


viernes, 29 de agosto de 2025

Los desaparecidos de Franco. Un estudio factual y teórico en el contexto de los crímenes internacionales y las comisiones de la verdad

 📚 Fantástico el libro de Francisco Moreno Gómez (2016), «Los desaparecidos de Franco. Un estudio factual y teórico en el contexto de los crímenes internacionales y las comisiones de la verdad». Un libro imprescindible, como toda su obra, para corroborar que el franquismo desde el minuto uno lo que provocó en España fue una auténtico genocidio contra los «otros», la «anti España», que coció a fuego lento durante tres años. No fue una guerra, fue una masacre de un lado hacia el otro, la parte invadiendo el todo. Y no todos se comportaron igual, como bien queda demostrado en la obra.

Hoy, nos dice el autor, «los herederos de los vencedores, si denigran el pasado, «no reabren heridas»; si son los familiares de los vencidos los que preguntan por el pasado, entonces «sí reabren heridas»; pero, siendo suyas las heridas, ¿por qué los sanos hablan en nombre de los heridos?» P. 249

Leánlo, por favor, la resistencia al fascismo comienza con la lectura, con la comprensión de los hechos, con la historia, que nadie lo olvide. ¡No todos fueron iguales, por mucho que nos vendan la moto!



martes, 19 de agosto de 2025

Manuel Hueso Ruiz (a) El Chato, muerto en extrañas circunstancias


Pedimos la colaboración de los familiares y allegados de Manuel Hueso Ruiz (a) El Chato, para discernir las causas de su muerte en abril de 1939, pues entendemos que podría tratarse de un asesinato más en la inmediata posguerra. 


Manuel Hueso Ruiz (a) El Chato nació en Porcuna en 1881 y falleció en la misma localidad a la edad de 58 años un 27 de abril de 1939. Hijo de Adriano y de María, vivió en la calle de Pava número 21, casado con Ana Bellido García, con la que tuvo cuatro hijos, Carmen, Ángel, Fermín y Dolores Hueso Bellido.


Manuel Hueso Ruiz (a) El Chato volvió de la zona republicana recientemente conquistada en los primeros días de abril de 1939 tras el final de la guerra civil. Con seguridad sabemos que ante la denuncia de dos paisanos es detenido el 9 de abril de ese año, y directamente pasa a alguno de los depósitos habilitados como prisión en Porcuna, creemos que a la Torre Nueva o a caballerizas de la guardia civil. Con la detención se le abre procedimiento sumarísimo de urgencia un 5 de junio, curiosamente, cuando ya había fallecido. 


El alcalde, Antonio Gallo, viene a decir el 5 de junio de 1939, que nuestro personaje falleció en Porcuna a los pocos días de regresar a la misma.


El guardia civil 2º Diego Ávalos Vico, en oficio con fecha de 7 de junio de 1939 al juez militar instructor, dice que «este individuo falleció en el mes de abril a consecuencia de una enfermedad crónica que venía padeciendo».


El Delegado Local de Información e Investigación de Falange, que aparece sin firma, dice el 17 de junio de 1939 que nuestro protagonista «murió el día veintisiete de abril de mil novecientos treinta y nueve en su casa de la calle Pava nº 21 gozando de libertad provisional». Dato significativo que habrá que desarrollar en otro momento, pues es bastante raro que estando detenido lo dejasen en libertad.


Llama la atención, por otro lado, en el expediente del sumario, un oficio contestando al juez militar con fecha de 13 de junio de 1939 y firmado por el entonces jefe de la prisión de Porcuna, Matías Ruano, donde se detalla que el reo fue trasladado a la Prisión Provincial de Jaén. Ello estaría dentro de lo normal, pues en esas fechas aún no estaba la iglesia de Jesús habilitada como prisión.


En su acta de defunción se inscribió a las 17:15 minutos del 27 de abril en el registro civil de Porcuna de Manuel Hueso Ruiz, fallecimiento que tuvo lugar «en su domicilio a consecuencia de una lesión orgánica de corazón». Testigo del fallecimiento parece que fue un familiar suyo, Miguel Hueso Ruiz. Dicha acta está firmada por José Robles Robles, juez municipal suplente, por Manuel Sánchez Arquillos, secretario municipal suplente, y los dos testigos, Pedro Herrera Delgado y Manuel Moreno Ramos, pero no por el testigo familiar que es Miguel Hueso Ruiz (¡)


En resumen, la causa de la muerte, «lesión orgánica del corazón», y según otros casos que conocemos, podría tratarse de un eufemismo más para ocultar la verdadera causa de su muerte, donde sabemos con certeza que estos primeros días tras la finalización de la guerra fueron frecuentes las palizas y las torturas a los recién llegados de la «zona roja» por parte de la guardia civil, la Falange, ejército y muchos de los señoritos del pueblo.


Fuentes:

  • ATMTSS. 16518/39. Leg 132/5576 contra Manuel Hueso Ruiz.

  • Certificado de defunción de Manuel Hueso Ruiz. Registro Civil de Porcuna (Jaén).

martes, 12 de agosto de 2025

GUÍA PARA LA LOCALIZACIÓN DE LOS 79 ASESINADOS POR EL FRANQUISMO DE PORCUNA EN JAÉN. LAS FOSAS 484, 548 Y 702 DEL CEMENTERIO DE SAN EUFRASIO.

 

GUÍA PARA LA LOCALIZACIÓN DE LOS 79 ASESINADOS POR EL FRANQUISMO DE PORCUNA EN JAÉN. LAS FOSAS 484, 548 Y 702 DEL CEMENTERIO DE SAN EUFRASIO.


Para ayudar a los familiares de Porcuna (Jaén) víctimas del franquismo, hoy vamos a hacer un verdadero ejercicio de recuperación de su memoria histórica facilitándoles nombres y apellidos, apodo, fecha de defunción, causa y lo más importante, el lugar donde se encuentran enterrados con casi toda probabilidad sus restos según la documentación científica de la que disponemos.

Si bien tenemos certeza que los fusilados en Jaén de Porcuna durante la posguerra yacen en la Fosa 548 y 702 del cementerio de San Eufrasio, mantenemos la prudencia para aquellos que murieron por diversas enfermedades en la prisión provincial de Jaén, en la habilitada de Santa Clara u «hospitales» o similares, pues si bien la lógica nos hace pensar que serían enterrados en las fosas abiertas en esos momentos, los datos empíricos habría que contrastarlos con el registro civil de defunciones en el Ayuntamiento de Jaén.

De esta manera sabemos que la Fosa 548 tiene su fecha fundacional en sangre el 15 de noviembre de 1939 con el asesinato de Miguel Aceituno Jiménez, vecino de Jaén y seis más, y fecha de cierre de 15 de diciembre de 1939, con el fusilamiento de Antonio Rucián Moral (a) Chiripa, de Porcuna y 11 más, según la información disponible en Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática del gobierno de España (consultada el 11/08/2025). Aún así, creemos que hay un error entre la fecha de cierre de la Fosa 548 (15/11/1939) y la apertura de la nueva Fosa 702 (3/02/1940). ¿Qué pasó entre el 15 de noviembre de 1939 y el 3 de febrero de 1940? Pues que en ese lapsus de tiempo fueron fusilados 14 personas (Sánchez Tostado: 2006), y previsiblemente enterrado también los fallecidos por enfermedades en las cárceles jiennenses (Sánchez Tostado: 2006), es decir, 14 personas más. Gracias a la documentación que disponemos del joven y prometedor Rosendo Gutiérrez Valverde (a) Hijo de María la Santa, fusilado el 19 de enero de 1940, en su acta de defunción aparece la Fosa 548 como lugar de enterramiento, siendo uno de los últimos fusilados en esa fosa, por lo que el dato del Ministerio es incorrecto presuntamente. Por ende, si el Ministerio contempla que en esa fosa hay enterrados oficialmente 172 víctimas de la represión hasta el 15 de noviembre habría que añadirle, al menos, 28 personas más.

Por el contrario, en la Fosa 702 hay 1026 fusilados oficialmente reconocidos (web del Ministerio), a los que habría que añadir varios cientos más, pues si bien Sánchez Tostado (2006) recoge 395 fallecidos en prisión, de los cuales un buen número suponemos lo están en la Fosa 548, y el resto en la 702, podemos afirmar que son muchos más, pues solamente desde Porcuna podemos aportar el número de 10 personas no recogidas por el prestigioso investigador en sus listados.

La fecha de fundación en sangre de esta tristemente conocida como Fosa 702 tiene lugar el 3 de febrero de 1940 con el asesinato por fusilamiento de Antonio Castillo Tejero, de Alcaudete, Gonzalo García Martín, de Villanuebe (Zamora), Benito Herrera Toribio (a) El Rubio del Molino, de Porcuna, Felipe López García-Infantes, de Granada, Gregorio Losa Montero, de Fuerte del Rey, Felipe Muñoz Delgado, de Jaén, Pablo Santiago Ruiz (a) Guarda Habas, de Porcuna, y Antonio Tolmo Casado, de Villanueva de la Reina. La siguiente saca de presos y asesinatos tuvo lugar el 6 de febrero de ese mes, donde 16 porcunenses, solo porcunenses, fueron fusilados. Abajo tenéis los listados. En este sentido, para los arqueólogos que excaven la fosa, ya conocen los nombres de los cuerpos que sellen la capa geológica de la misma, un total de 25 fusilados en dos días.

En resumen, en la Fosa 548 tenemos 8 fusilados de Porcuna, y previsiblemente 1 muerto por enfermedad en la cárcel de Jaén; y en la Fosa 702, la más numerosa, habría 49 fusilados y previsiblemente 20 muertos en prisión. A éstas hay que añadir una defunción por enfermedad en la Fosa 484. En total, 79 asesinatos por el franquismo en Jaén capital.

Quien esté interesado en recuperar los cuerpos de sus familiares y hacerse las pruebas de ADN para su cotejado, pueden ponerse directamente en contacto con nosotros en el el e-mail: nombresporcuna@gmail.com

RELACIÓN DE FUSILADOS DEL PUEBLO DE PORCUNA (JAÉN) ENTERRADOS EN LA FOSA 548 DEL CEMENTERIO DE SAN EUFRASIO (JAÉN).

La información proviene del Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática del gobierno de España https://www.mpr.gob.es/memoriademocratica/mapa-de-fosas/paginas/visorfosas.aspx?fid=1797 (consultada el 10.08.2025), contrastada con nuestra base datos de Todos los Nombres de Porcuna. Todos los nombres los tenemos localizados.

  1. Bellido Toribio, Felipe (a) Bizco Felipe. 7/11/1939

  2. Cabeza(s) Molina, Miguel (a) El de la Cova. 5/12/1939

  3. González González, Tomás (a) Morrina o El Concejal. 6/12/1939

  4. Gutiérrez Valverde, Rosendo (a) Hijo de María la Santa. 19.01.1940

  5. Heredia Recuerda, Francisco (a) León. 6/12/1939

  6. Rucián Moral, Antonio (a) Chiripa. 15/12.1939

  7. Simón del Pino, Benito (a) Escopeta. 6/12/1939

  8. Terrones Vallejo, Manuel (a) El Borde. 7.12.1939


Total: 8



RELACIÓN DE PERSONAS DEL PUEBLO DE PORCUNA (JAÉN) MUERTA EN ALGUNA DE LAS PRISIONES DE JAÉN Y POSIBLEMENTE ENTERRADAS EN LA FOSA 548 DEL CEMENTERIO DE SAN EUFRASIO DE JAÉN.

  1. Rosel Coba, Manuel (a) El Concejal. 2/02/1940. Bronquitis crónica1.


RELACIÓN DE PERSONAS DEL PUEBLO DE PORCUNA (JAÉN) MUERTA EN ALGUNA DE LAS PRISIONES DE JAÉN Y POSIBLEMENTE ENTERRADAS EN LA FOSA 484 DEL CEMENTERIO DE SAN EUFRASIO DE JAÉN.

1. Bellido Pérez, Manuel. 11.11.1939. Epilepsia2.


RELACIÓN DE FUSILADOS DEL PUEBLO DE PORCUNA (JAÉN) ENTERRADOS EN LA FOSA 702 DEL CEMENTERIO DE SAN EUFRASIO (JAÉN).

La información proviene del Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática del gobierno de España https://www.mpr.gob.es/memoriademocratica/mapa-de-fosas/paginas/visorfosas.aspx?fid=1797 (consultada el 9.08.2025), contrastada con nuestra base datos de Todos los Nombres de Porcuna. Todos los nombres los tenemos localizados.

  1. Aguilera Cobo, Justo (a) Peluso. 5.02.1941

  2. Aguilera Máez, Francisco. (a) Barbaza. 20.05.1940

  3. Barranco López, Francisco. (a) El Comunista. 23.02.1943

  4. Bellido Morente, Manuel. (a) El Rubio del Pozo y la Pila. 1.03.1940

  5. Cabeza Acuña, Eulogio. (a) El de los Remedios. 6.02.1940

  6. Cabezas Torres, Juan. (a) Pepino. 10.07.1943

  7. Casado Gallego, Juan. (a) Belén. 6.02.1940

  8. Casado Hueso, Bernardino. (a) La Arrogancia. 30.12.1940

  9. Cobo Casado, Juan. (a) Joroba. 6.02.1940

  10. Cobo Heredia, Santiago. (a) Peluso. 11.02.1941

  11. Galán Pérez, Manuel. (a) Jalón. 11.02.1941

  12. Gallo Quero, Antonio. (a) El Hijo del Gallo, Manigero del Hermenegildo. 11.08.1944

  13. Garrido de la Hoz, Pablo. (a) Pacharca. 6.02.1940

  14. González Gutiérrez, Rodrigo. (a) El de la Churra, el de Juana la Uva. 6.02.1940

  15. González Requena, Francisco. Morrina (a) 6.02.1940

  16. González Santiago, Manuel. El Barbero Lenin, Pitomoso (a) 23.02.1943

  17. Herrera Toribio, Benito. (a) El Rubio del Molino. 3.02.19403

  18. Higuera Reina, Rafael. (a) 13.03.1940

  19. Jaén Millán, Manuel. (a) Taratatí. 6.02.1940

  20. Juárez Rosell, Juan. (a) Perinolo. 11.04.1940

  21. López Casado, José. (a) Patasgordas. 31.05.1941

  22. López Méndez, Antonio. (a) El Méndez. 6.02.1940

  23. López Morente, Juan Manuel. (a) López. 19.09.1940

  24. López Ramírez, Diego. (a) El de las Ocho. 26.11.1941

  25. Madero Vílchez, Francisco. (a) El Florín. 30.12.1940

  26. Melero Aguilar, Luis. (a) Aguilar. 26.11.1941

  27. Montilla Cañas, Fernando. (a) El Nene. 4.08.1941

  28. Moreno Delgado, Benito. (a) Barito. 30.12.1940

  29. Morente de la Torre, Benito. (a) El Dinde. 6.02.1940

  30. Navas Montes, José. (a) Alamedilla. 30.12.1940

  31. Ocaña Castillo, José. (a) El Blanco. 6.02.1940

  32. Orozco Cañas, Fernando. (a) Bizco Orozco. 6.02.1940

  33. Ortega Pino, Juan. (a) El Campanero. 23/02/1943

  34. Pérez Zumaquero, Juan. (a). 30.12.1940

  35. Requena Aguilera, Francisco. (a) Pahuca. 6.02.1940

  36. Rojas Merino, Francisco. (a) Rojitas. 6.02.1940

  37. Rosell Morado, Eustaquio. (a) Relojero. 28.03.1942

  38. Ruano Aguilera, Anastasio. (a) Colorín. 23.08.1941

  39. Ruiz Morente, Juan. (a) Juanico Morente. 6.02.1940

  40. Ruiz Padilla, Teodosio. (a) 6.02.1941

  41. Sánchez Ruano, Juan. (a) El Gilo. 6.02.1940

  42. Santiago Peláez, Dimas. (a) 2.10.1940

  43. Santiago Ruiz, Pablo. (a) Guarda Habas. 3.02.1940

  44. Siles Funes, Dionisio. (a) El Castillero. 30.12.1940

  45. Uclés Quero, Juan. (a) Tuerto Palitroque. 19.09.1940

  46. Valenzuela Torres, Manuel. (a) 6.02.1940

  47. Vallejo García, Rafael. (a) Hijo del Cura los Garbanzos. 11.06.1940

  48. Vallejos Díaz, Juan. (a) Sabina. 1.03.1940

  49. Zumaquero Estrella, Manuel. (a) 14.02.1941


Total: 49



RELACIÓN DE PERSONAS DEL PUEBLO DE PORCUNA (JAÉN) MUERTA EN ALGUNA DE LAS PRISIONES DE JAÉN Y POSIBLEMENTE ENTERRADAS EN LA FOSA 702 DEL CEMENTERIO DE SAN EUFRASIO DE JAÉN.

1. Arjonilla Moreno, Antonio (a) Tonto Capote. 29.04.1940. Síncope.

2. Bellido López, Presentación (a) La Rubia. 28.08.1940. Caquexia.

3. Castillo López, Eugenio (a) Los Santos de Arjona. 22.03.1940. Síncope cardíaco.

4. Del Pino Huertas, Celedonio (a) Pantalones. 6.03.1942. Apendicitis gangrenosa4.

5. Delgado García Manuel (a) Pimiento. 24.08.1941. Tuberculosis renal5.

6. Delgado Sáenz, Antonio. 13.03.41. Septicemia6.

7. Gómez Muñoz, Juan. 00/00/1943. No tenemos datos que confirmen que murió en Jaén.

8. Hurtado Montoro, José. 1/07/1940. Colapso cardíaco.

9. López Castillo, Eugenio. 00/00/1944.

10. Moreno López, Manuel (a) Tonto Magas. 27/03/1940. Síncope cardíaco.

11. Morente del Pino, Francisco (a) Pozo y la pila. 23/03/1940. Gangrena húmeda7.

12. Quero López, Benito (a) Bizco de Alejandra. 25/03/19408.

13. Quero Pérez, Luciano (a) Chorrera. 25/06/1942. Bronconeumonía9.

14. Rodríguez Ferrer, Miguel (a) Chongo. 3/04/1940. Nefritis.

15. Rueda Rosell, Manuela (a) La Pelota. 15/03/1941. Caquexia.

16. Santiago Casado, Sebastián (a) Loreto. 14/02/1940. Uremia.

17. Santiago González, Manuel (a) El Guerra. 13/10/1940. Gangrena.

18. Serrato Torres, Francisco (a) Sepulturero. 18/03/1940. Parálisis bulbar.

19. Torres Montilla, Hermenegildo (a) Meregildo. 16/02/1941. Lúes miocarditis10.

20. Vallejo(s) Garrido, Francisco (a) Remolino. 27/12/194311.


Total: 20


Total fusilados: 57

Total muertos en las cárceles: 22

Total suma de los anteriores: 79


Fotos: Fosa 702 y plano del cementerio de San Eufrasio. Jaén. Sánchez Tostado (1990). Primeros restos óseos de la Fosa 702. El País. Noviembre de 2022.


Todos los Nombres de Porcuna (Jaén)

Arturo del Pino Ruiz

Historiador-arqueólogo. Conservador de Patrimonio Histórico

Porcuna. 11.08.2025


FUENTES:

- Sánchez Tostado, Luis Miguel (2006): La guerra civil en Jaén. Historia de un horror inolvidable. Colección Memoria Histórica. Jaén.

- Página web Buscador de Fosas, Jaén. Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática. https://www.mpr.gob.es/memoriademocratica/mapa-de-fosas/Paginas/buscadorfosas.aspx (consultada en agosto de 2025)

- Documentación histórica y fuentes orales en posesión de Todos los Nombres de Porcuna.

1Posiblemente el último en ser enterrado en la Fosa 484, que es «inaugurada» el 3/02/1940.

2No aparece en el listado de Miguel Sánchez Tostado (2006): La guerra civil en Jaén. Historia de un horror inolvidable. Colección Memoria Histórica. Jaén.

3La fosa 702 se «inaugura» el 3 de febrero de 1940, según Sánchez Tostado. Son 9 los fusilados ese primer día en el que se estrena la fosa. Antonio Castillo Tejero, de Alcaudete, Gonzalo García Martín, de Villalube (Zamora), Benito Herrera Toribio, de Porcuna, Felipe López García-Infantes

4Ibidem.

5Ibidem.

6Ibidem.

7Ibidem.

8Ibidem.

9Ibidem.

10Ibidem.

11Ibidem