LEER: Desde los que hacemos posible Todos los Nombres de Porcuna, quisiéramos pedir disculpas a todas aquellas personas que se han puesto en contacto con nosotros a través de e-mail o facebook solicitando información sobre sus familiares, y que a día de hoy no les hemos contestado. Creo que son unas 25 peticiones las que tenemos sin atender, pero es que los medios de los que disponemos son escasos y el trabajo se nos acumula.

Gracias por vuestra paciencia, y esperemos contestar a vuestras peticiones lo antes posible.


- El monumento a la intolerancia y al fascismo se renueva en Porcuna (Jaén)
- El monumento a los "Caídos" sufre una gamberrada.
- Por la retirada de nombres y símbolos franquistas de Porcuna.
- Calles relacionadas con el franquismo y su exaltación en Porcuna
- La peculiar memoria histórica en Porcuna.

miércoles, 9 de marzo de 2011

¿Asesinato o suicidio?. I PARTE

 ¿Asesinato o suicidio?. I

Sobre las 21,30 horas de una tarde tórrida y vespertina del 31 de julio de 1939, encima de un montón de escombros, aparecía el cuerpo sin vida de un hombre de unos 40 años de edad, arrojando sangre por el cráneo, boca, nariz y oidos. Éste yacía a la altura del número 24 de la calle Castillo, habiendo descendido de forma violenta desde la ventana de la planta primera de la Torre Nueva, a la sazón, presidio en aquellos días de las personas que provenían del “campo rojo recientemente liberado”. 
 

Torre Nueva en la actualidad a lo que fue la Calle Castillo

Los acontecimientos se precipitan. Transeuntes y curiosos dieron la voz de alarma al recién llegado Teniente Provisional José Luis Amador Roldán, instalado muy cerca de allí, en el antiguo palacete de la familia Funes. Éste, atónito, y ante la evidencia de que la muerte ha sido presenciada casi en directo por demasiadas personas, decide abrir diligencias previas sobre el asunto, tras breve conversación telefónica con el Auditor de Guerra, apremiando al juez municipal, Sr. José Robles y Robles a que levantese el cadáver e identificase al fallecido. El Juez se personó en el lugar, asistido por el Secretario, Sr. Juan Soriano Rodríguez y el médico Sr. Anselmo Hernández Conde. En el registro al sujeto, en su blusa, encontraron una cartera que contenía tres salvoconductos expedidos a nombre del difunto, dos billetes de a peseta del Banco de España, un recorte de periódico, una cajetilla de tabaco de 0,40 y otra media de la misma clase; un estuche de papel de fumar “Alcoy” y un “pañuelo moquero”. Con esos documentos y otras informaciones aportadas por “personas de conocimiento” (sic) nuestro honorable Sr. Robles llevó a cabo la identificación del sujeto fenecido a sus pies. Por su parte, el facultativo Hernández Conde, certifica lo evidente, que el reo había muerto muy posiblemente por el golpe producido tras su caída desde la Torre.

Palacete de la Familia Funes, sede del Juzgado Militar.


La autopsia realizada el día posterior en el cementerio municipal por los médicos (¿forenses?) Sr. Hernández Conde y auxiliado por nuestro ya conocido Sr. Funes Pineda, que apenas duró cuarenta minutos, se apreció un hematoma en la región temporo-parietal derecha y rostro ensangrentado por hemorragia de oidos, boca y nariz; fracturas en los hombros; heridas en un pulmón producidas por la rotura de las costillas 3ª, 4ª y 5ª. “El corazón se encontró exagüe y el estómago vacío”. La muerte, según los pruritos “fue instantánea producida por las lesiones” descritas anteriormente y “causadas por el golpe recibido sobre el suelo al lanzarse por una altura”. En suma, y según los partes oficiales de los detentadores del poder en esos momentos en Porcuna, nuestro infeliz protagonista de esta historia se había suicidado, arrojándose por la ventada de la primera planta de la Torre, que sin duda, no debió estar tapiada o enrrejada. Testigos de su inscripción en el registro civil de defunciones fueron Manuel Moreno Ramos y Manuel Ruano Ortega.

El cementerio de Porcuna en la actualidad.

No hay comentarios: