Rafael Armenteros Rodríguez
ha sido uno de los 21 nombres de olvidados que recuperamos el pasado
lunes 10 de diciembre de 2012 en el Archivo Histórico Militar de
Sevilla. Natural de Jaén, vecino de Porcuna, nació el 24 de octubre de
1900, de profesión celador de telégrafos, y afiliado a la UGT (Sindicato
Nacional de Telégrafos), y domiciliado en calle Velarde nº 6. Como
funcionario trabajó en Porcuna, y participó en las huelgas del año 1934,
pasando varios días en la cárcel de Porcuna a la espera del fallo por
la Audiencia Provincial de Jaén. Durante la contienda abandonó Porcuna
en diciembre de 1936, poco antes de la entrada de las tropas rebeldes,
estableciéndose provisionalmente en Jaén, donde trabajó algún tiempo en
telégrafos. Finalmente se instalaría en un pueblo de Albacete, con
licencia de armas (como todos los funcionarios en aquellas época) al
servicio del Frente Popular.
Finalizada
la contienda fue denunciado por segunda vez por el que fuese Director
General de Correos y Telecomunicaciones franquista, aunque ya había sido
separado del servicio y depurado políticamente con anterioridad, siendo
detenido por el Servicio de Información de Falange Española
Tradicionalista y de las JONS de Jaén el 15 de abril de 1939. De él
dicen “que su conducta es mala en general”, como lo demuestra el hecho
de tener el número 86 del Partido Socialista y el 109 de carnet de UGT
de Porcuna. Todo un veterano sin duda, dado a la “bebida y muy
provocativo”, según reza el informe de FET, a falta de mejores
argumentos difamatorios y acusatorios.
El
31 de mayo de 1940 se reunió el consejo de guerra permanente para ver y
fallar el procedimiento sumarísimo y de urgencia, condenando a Rafael Armenteros
a la pena de 12 años y un día por un delito de “auxilio a la rebelión
militar”, o lo que es lo mismo, aquellos que se habían levantado en
armas contra el gobierno legítimo de la República, juzgaban al revés, es
decir, condenaban a distintas penas a tod@s aquell@s que habían
defendido el régimen democrático y republicano consagrado en la
constitución de 1931.
A Rafael Armenteros Rodríguez,
no solo lo privaron de libertad, encerrándolo en una pestilente e
insalubre cárcel de posguerra, sino que también lo inhabilitaron
profesionalmente, siendo condenado también al pago de las
responsabilidades civiles, que no eran otros que aquellos que habían
perdido la guerra debían de reconstruir el país. Si no tenían dinero lo
harían con su trabajo, con su esfuerzo y sudor. Es lo que se llamó la
redención de penas por trabajo vs “esclavo”.
Pedimos, solicitamos y rogamos, como siempre, cualquier dato e información que profundice en la vida, avatares, y circunstancias de nuestro homenajeado de hoy. Gracias.
Grupo por la eliminación de los símbolos franquistas en Porcuna
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