Luis Santiago Mico
 tenía poco más de 20 años cuando las tropas rebeldes del teniente 
coronel Redondo entraron por “El Muro” el 1º de enero de 1937. Él no 
abandonó Porcuna, se quedó en ella sufriendo los rigores del golpe, 
quizás escondido en algún sótano arrebujado entre familiares y amigos, o
 quizás en algún cortijo o casería aledaña, lejos de los bombardeos 
insidiosos de la aviación fascista. Sea como sea él se quedó en Porcuna,
 y a los pocos días, como otros tantos jóvenes imberbes, comenzaron a 
nutrir las centurias de Falange, las nuevas mesnadas que servirían como 
carne de cañón en los frentes de guerra provocados por el golpe militar.
Así
 fue como un nutrido número de jóvenes porcunenses, al socaire de la 
soflama patriótica de Falange y el Caudillo, se enrolaron en el Batallón Nuestra Señora Virgen de la Cabeza de Jaén o en las milicias falangistas de Córdoba.
 En una de ellas, en la 1ª Agrupación de Escuadrones a Caballo de FET y 
de las JONS de Córdoba serviría durante algunos meses nuestro 
desafortunado protagonista de hoy; junto al también paisano y amigo, Rafael Aguilera Zambrana, bracero, de 21 años de edad.
Dicha
 agrupación de caballería se encontraba en Cañete de las Torres en el 
mes de septiembre de 1937, bien como reserva, bien descansando de los 
frentes de combate. La vida del soldado inactivo, lejos del fragor de la
 batalla, es casi una vida civil, dedicada a las tareas propias de un 
hombre en edad de trabajar. Así, el día 8 de aquél caluroso mes, Rafael 
Aguilera Zambrana y el sevillano Pedro Pérez Pérez, se acercaron al río 
Guadajoz a cortar carrizos para construir un chozo. En aquellos mismos 
instantes, Luis Santiago Mico, que previamente le había pedido permiso a
 su sargento, se marchó al cortijo El Alférez, cerca de la aldea de 
Albendín, lavó su ropa, la colgó mirando al sol, y recostado cerca de 
una higuera comenzó a engullir sin miramiento alguno higo tras higo. 
Sediento y sudoroso, el joven falangista se acercó a la orilla del 
Guadajoz a darse un refrescante baño. Rafael Aguilera Zambrana que se 
encontraba relativamente cerca comenzó a escuchar los gritos de su 
compañero que pedía angustiosamente ayuda. ¡Corrió tanto como sus 
piernas se lo permitieron! y observó, estremecido e impotente como un 
remolino en un recodo del río absorbía hacia el fondo a su paisano y 
amigo. Pálido como una pared andaluza llegó el aserrador Pedro Pérez, 
mientras Rafael volvía a correr dirección al cuartelillo a poner los 
hechos en conocimiento del sargento de guardia. Llegaron más compañeros y
 se pusieron a rastrear el curso tranquilo del Guadajoz. A las pocas 
horas de la tragedia, las aguas o Caronte devolvían sin vida el cuerpo 
de Luis Santiago Mico. La autopsia la realizó el médico de la 
Agrupación, Francisco Segovia García, certificando que la muerte se 
produjo por congestión alimenticia y consecuente asfixia posterior por 
inmersión.
Frente
 a la idílica muerte del héroe en combate defendiendo su patria de 
enemigos indecorosos; la tragedia quiso que este joven voluntario 
falangista falleciera cerca de los frentes de lucha, pero en una actitud
 nada heróica, más bien cotidiana e irresponsable. Nadie se acordaría 
días después de su muerte; ni la posguerra franquista lo homenajearía 
con calle o inscripción alguna; y menos aún con pompas fúnebres y misas 
de campaña, reservadas a los mártires y a los caídos en combate contra 
la anti-España. ¡Descanse en paz!, pues en suma, no deja de ser otra 
víctima del golpe militar.
Para
 finalizar, después de narrarles brevemente esta triste y angustiada 
historia, si algún familiar o protagonista quisiera hacerse con la 
“diligencias previas” que se abrieron para esclarecer los hechos de la 
muerte, y que nosotros hemos rescatado del Archivo Histórico del 
Tribunal Militar Territorial Segundo de Sevilla, no tienen nada más que 
pedirlas a través de nuestro correo electrónico. Gracias. 
Fuente:
Diligencias previas nº 2.168 legajo 140 nº 5.145, fondo 8.000, abiertas sobre la muerte de Luis Santiago Mico. Archivo Histórico Tribunal Militar Territorial Segundo de Sevilla. Consultado el 3.12.12.
Apartado de correos nº 47-23790. Porcuna (Jaén)
nombresporcuna@gmail.com
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