LEER: Desde los que hacemos posible Todos los Nombres de Porcuna, quisiéramos pedir disculpas a todas aquellas personas que se han puesto en contacto con nosotros a través de e-mail o facebook solicitando información sobre sus familiares, y que a día de hoy no les hemos contestado. Creo que son unas 25 peticiones las que tenemos sin atender, pero es que los medios de los que disponemos son escasos y el trabajo se nos acumula.

Gracias por vuestra paciencia, y esperemos contestar a vuestras peticiones lo antes posible.


- El monumento a la intolerancia y al fascismo se renueva en Porcuna (Jaén)
- El monumento a los "Caídos" sufre una gamberrada.
- Por la retirada de nombres y símbolos franquistas de Porcuna.
- Calles relacionadas con el franquismo y su exaltación en Porcuna
- La peculiar memoria histórica en Porcuna.

jueves, 10 de marzo de 2011

¿Asesinato o suicidio?. II PARTE




Nuestro Juez Militar, Sr. Amador Roldán, sigue con el esclarecimiento de los hechos que precedieron a la muerte, por orden del Auditor de Guerra, como veíamos anteriormente, algo poco habitual en estos casos, ya que la muerte era una rutina más en los días posteriores al final de la guerra. El Jefe de la Cárcel en esos días era nuestro también conocido Fernando Lupiáñez, “El Vinagrero”, que afirma por escrito que desconoce cuándo ingresó en prisión nuestro “suicida” y cuál fue la autoridad que ordenó su ingreso. Por el contrario, el sargento de la Guardia Civil, nos dice sobre el mismo: “es autor de saqueos, requisas, quema de imágenes, detenciones de personas de derechas, asistiendo a los fusilamientos de 27 de éstas que se asesinaron en el Barranquillo y el Cementerio (recordemos que la Causa General de Porcuna (1941) recoge solo 24 fusilados y no 27 como asevera el sargento). Estaba afiliado al Partido Comunista dedicando gran actividad a la propaganda antifascista, y fue miliciano voluntario con armas. En las últimas horas de la tarde del día 31 del anterior (julio) llegó a ésta conducido por individuos de Falange (¡) de Los Villares quedando detenido en una habitación del Castillo en concepto de incomunicado. Inmediantamente de quedarse solo en dicha habitación se arroyó por una ventana de la misma al exterior del edificio falleciendo a consecuencia del golpe recibido. Esta resolución, sin duda la adoptó (ahora el sargento también hace de juez) por la responsabilidad que sobre él pesaba ante la cantidad de delitos cometidos y de los cuales no va a responder ante la justicia (algo evidente) pues sábese que no existió otro móvil que le condujera a suicidarse (¿cómo sabría el sargento que el suicidio era motivado por los “crímenes” cometidos?)”.

Detalle de la ventana de la Torre Nueva por donde cayó el reo


Pocos días después, el Jefe de Falange, Javier Morente Garrido, respondía a la instancia del Juez Militar, entre otras acusaciones, de la siguiente manera: “en la noche del 14 de diciembre de 1936 intervino en los asesinatos cometidos a 14 personas de derechas (la Causa General de Porcuna (1941) solo recoge 12, y el Sargento habla de 27) en el cementerio de esta localidad, siendo el que más se distinguió por su crueldad” (suponemos que el Sr. Morente habla de oidas, pues él por esas fechas estaba preso del bando rojo).

En la declaración del por entonces Jefe de Información e Investigación de FET y de las JONS, Sr. Enrique Barrionuevo L. Obrero se dice que llegó a la ciudad “conducido por un falangista de Los Villares (recordemos que el sargento decía que eran varios los falangistas) el día 31 de julio en el coche de línea sobre las veinte horas, siendo trasladado inmediatamente a la oficina de Información e Investigación (...) para tomarle los datos de filiación (documento, por otro lado, que no aparece en el expediente, además de que el preso debería haber pasado por el cuartel de la Benemérita, y no la sede de Falange), y formalizar la denuncia, en cuya operación se invirtió unos diez minutos, sin que fuese molestado por ninguno de los agentes (anoten esto, porque parece que era común “molestar” a los detenidos; o bien, dejar claro ante el teniente que ellos no tuvieron nada que ver en su muerte), y cuya denuncia no pudo ser entregada en el juzgado militar por no ser horas de oficina (¡curioso!, porque el Juez Militar, Sr. Amador Roldán, a los diez minutos de producirse el despeñamiento del detenido, ya sabía lo ocurrido, según consta en el expediente), siendo conducido el detenido a la torre del castillo, que es el depósito municipal, por los falangistas Victoriano León López, Matías Ruano Ortega y Manuel Gascón Toribio, con orden de mantenerlo incomunicado hasta que se pusiera a disposición del juez militar”. Barrionuevo L. Obrero continúa diciendo en su declaración: el reo le “había manifestado repetidas veces en la oficina de Información, cuando se le comunicó que pasaba detenido al depósito municipal sus deseos de ir sin esposas (¡), que se comprometía a meterse solo en la cárcel sin que nadie le acompañara. Que ignora los motivos que le indujeron a suicidarse, como no sea responder con sus múltiples hechos vandálicos a la acción de la justicia”.

Continúa ...

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