Hay suficiente consenso entre los historiadores para afirmar que una de las reformas más contestadas del periodo republicano-izquierdista durante la República Española fue el laicismo que en muchos casos degeneró en violencia anticlerical. Investigadores de pistola en bandolera de la talla de Francisco Moreno Gómez, van más allá, y nos dicen, nos recalcan machaconamente, que el verdadero acto revolucionario durante la llamada Guerra Civil, no fue otro que la quema de santos, el saqueo de las iglesias y el asesinato de numerosos sacerdotes, muchos de ellos hoy mártires reconocidos por Roma. Todo lo demás, sin caer en el simplismo, fue la consecuencia lógica de un pueblo “defendiéndose” sin armas de un golpe de estado provocado por un puñado de militares, de la sempiterna parte invadiendo el todo.
El conflicto bélico iniciado en 1936 como consecuencia de un golpe de estado, como bien recoge Antonio Recuerda Burgos a lo largo de sus prolijos artículos, en concreto, en el fértil y jovial "Esbozo para la historia de Ntra. Sra. Virgen de Alharilla. Patrona de Porcuna" (1998) con motivo del "750 aniversario de devoción", provocó por un lado "la
furia anticlerical e iconoclasta propia más de la falta de formación
cultural y de la manipulación de un pueblo que de los verdaderos
sentimientos (...)"
de éste; y por otro, afirmamos nosotros, una “guerra santa”, una nueva
cruzada contra el marxismo, el anarquismo, los masones, los impíos, los
liberales, los malos españoles y los extranjeros que apoyaron y
defendieron una República legítima. El maniqueísmo fue tal que la
iglesia a través de pastorales y cartas colectivas, como las de Gomá o el obispo Pla y Deniel,
convirtieron el golpe de estado en la lucha eterna de las “dos
Españas”, la buena y cristiana frente a la mala, cuando en realidad es
de nuevo la parte (conspiradores, iglesia y oligarquía) la que se impone
desde la violencia y el fanatismo religioso al todo (pueblo llano y
gobierno del Frente Popular).
Efectivamente,
en Porcuna se desencadenó con furia la quema de muchísimas imágenes
religiosas, pese a la oposición de destacados miembros tanto del Comité
Local del Frente Popular, como del Ayuntamiento. De hecho, muchos de los
ropajes, joyas, elementos litúrgicos e incluso algunas imágenes, fueron
salvadas de la pira anticlerical. Las iglesias y los conventos fueron
respetados, secularizada su actividad o convertidos en Casa del Pueblo
(la Parroquia), economatos u albergues de refugiados. De hecho, muchos
de estos inmuebles fueron pasto, no de la estopa roja, sino de las
bombas de los llamados “nacionales” cuando entraron a sangre y fuego en
la población a finales de 1936. Muchas de estas iglesias y conventos
desaparecerían durante la posguerra, bien por su estado ruinoso, bien
para financiar a la propia iglesia como institución. Nunca antes se
había perdido tanto patrimonio histórico en nuestra ciudad.
La
imagen de la Virgen de Alharilla no fue una excepción, y pese a estar
escondida debajo de un montón de habas por orden del Frente Popular en
lo que otrora fue iglesia de la Vera Cruz del convento de San Juan de
Dios (convertido en almacén durante el dominio leal), no se salvó de su
destrucción; al igual que su ermita, castigada duramente por el fuego de
los dos contendientes al quedar ésta en tierra de nadie durante toda la
guerra.
Talla antigua de la Virgen de Alharilla. Foto: deporcuna.com |
Pues bien, aprovechando el 75 aniversario de la fabricación
de la talla nueva de la Virgen, y el 76 de su retorno, que no estancia,
al Llano de Alharilla un 14 de mayo de 1939, presentamos en sociedad un
documento que no es otro que el bando dictado el 13 de mayo de ese año por el entonces alcalde gestor de Porcuna, el notable Antonio Gallo Aguilera.
En el mismo, como tendrán ocasión leer Uds., no sólo se ensalza a la
Patrona, sino que se celebra el “Año de la Victoria” (recuérdese que la
guerra finalizó un 1º de abril), el “Glorioso Ejército”, al “invicto
Caudillo”, amén de ordenársele a los porcuneros el mayor respeto y
obediencia a las órdenes de la autoridad y agentes de la misma. Por otro
lado será castigada la desobediencia, la embriaguez y el trabajo con
multas u “otras” (que podemos imaginar) que estimen oportunas la
Autoridad coercitiva.
El
bando termina con una soflama patriotera-religiosa, recordando a todos
aquellos y aquellas que aún no están en la cárcel o en los campos de
concentración de Santiago o Higuera de Calatrava, que España ha vencido a
la anti-España, a los sin Dios, que la República ha perdido y nada de lo anterior tiene cabida en la “Grande y Libre” del invicto caudillo.
El léxico retórico fascista se impone incluso sobre el mariano, donde
ni siquiera se menciona a la Patrona, que al fin y al cabo era la
homenajeada. La soflama dice así:
¡¡Pueblo de Porcuna tú que eres religioso y bueno por tradición vuelve a tus antiguas costumbres; deslígate, si algo te queda, de aquellas doctrinas perniciosas que te predicaron los sin Dios y sin Patria, y ve ya que el único medio para hacer una España GRANDE Y LIBRE, es ser honrado, trabajador y amar a Dios sobre todas las cosas!!. ¡¡ARRIBA ESPAÑA!!, ¡¡VIVA FRANCO!!.
Por
desgracia, como decíamos, los campos de concentración y las cárceles
estaban repletas de paisanos que aquél día no pudieron acudir a la
romería de su Patrona. Los vencedores, pocos días después del fin de la
contienda, ejercieron un represión brutal sin precedentes en la historia
de España y de nuestra localidad. Las delaciones, traiciones y
ajustes de cuentas se sucedieron en aquellos tristes días del final de
la guerra. En aquellos tiempos era normal encontrar ahogado o ahorcado a
cualquier paisano en campos o presidios; eran normales los
apaleamientos en la cárcel de Jesús, o rapar al cero y vejar a aquellas
mujeres de pasado izquierdista. ¡Era normal, en suma, la violencia!. Fue
una posguerra donde todo el mundo tenía armas, y con las armas
dirimieron muchos de sus problemas. Fue así, y no de otra manera, cuando
aquel 14 de mayo de 1939, en plena romería, en la hierba fresca de los
aledaños del llano, y haciendo caso omiso a las proclamas del Alcalde
franquista de Porcuna, a eso de la 15,30 de la tarde, caía el cuerpo sin
vida de Manuel de la Torre García,
apodado “Lerele”, militar “nacional”, ennoviado, de un disparo de
pistola por un “niño de la noche” según cuenta, según narra nuestro
paisano Jacobo Quero Garrido (1986: 85).
FUENTES:
- Bandos de buen gobierno, Porcuna, 1939. Archivo Histórico Municipal de Porcuna (Jaén). Consultado en 2013.
- Acta de defunción de Manuel de la Torre García. Registro Civil de Porcuna (consultado en 2011).
- Acta Capitular de 24 de mayo de 1939. Archivo Histórico Municipal de Porcuna.
BIBLIOGRAFÍA:
- QUERO GARRIDO, Jacobo (1986): Los romeros de Alharilla. La devoción mariana en Porcuna. Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba. Córdoba.
- RECUERDA BURGOS, Antonio (2003): “Imágenes de la Virgen de Alharilla”. Programa de la Romería de Alharilla. s.p.
- ….. (1998) “750 de devoción. 1248-1998. Esbozo para la historia de Ntra. Sra. Virgen de Alharilla. Patrona de Porcuna". Programa de la Romería de Alharilla. sp.
3 comentarios:
En mi libro "Historia de la Imagen y Cofradía de María Santísima de Alharilla. Patrona de Porcuna" que espero vea la luz el próximo año recojo:
"Este año ocurrió, el día de la romería en el Llano de Alharilla, el único hecho luctuoso que se recuerda, tal fue el asesinato del joven Manuel de la Torre García por un denominado Niño de la Noche. Según cuentan personas fidedignas tal suceso fue consecuencia de una disputa cuando Manuel se encontró con el Niño de la Noche, al que exigió explicaciones por no haber cumplido éste con el acuerdo, que años antes habían cerrado, para que el Niño de la Noche pasara a la zona nacional a los familiares de Manuel que se encontraban en zona republicana, habiendo recibido una cantidad a cambio".
Gracias Antonio por el comentario y esperemos todos tener pronto entre nuestras manos ese trozo de historia de Porcuna alrededor de nuestra Patrona y su cofradía.
Aprovecho para preguntarte qué fue de aquella cruz que recordaba en la carretera de Arjona al joven Manuel de la Torre García; y lo más importante, qué ponía en ella. Gracias de antemano.
He tratado varias veces de obtener fotografías de ella, según María, la mujer de Eligio y su hija, se la llevaron por delante las máquinas de Obras Públicas en una remodelación de la carretera. Según me dijeron tenían una fotografía en la que estaban varios miembros de la familia junto a ella, la buscaron pero no la encontraron, tendré que volver a preguntarles. No sé lo que ponía en ella, seguramente el nombre del fallecido.
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