"Cruz de los Caídos". Porcuna (Jaén) |
Misas, rotulación del callejero, monumentos, placas de mármol, grabados en piedra, “vítores”, la “Cruz de los Caídos”, reposición de santos, ... han recordado y recuerdan a las víctimas de la “barbarie roja” en la localidad de Porcuna, y por extensión en casi toda España. Esta es la verdadera memoria histórica, la que fue cincelando el franquismo para justificar su existencia y a la vez usar a esos muertos, víctimas todas, para implantar un régimen de terror sin precedentes en la Historia de España. La primera memoria histórica en España es la de Franco, una memoria excluyente, antidemocrática, maniquea y falsa. Falsa porque incluye muertos y víctimas que no le corresponden; y falsa porque excluye a muchos de los suyos por conveniencia política.
El franquismo se apropió de todos los muertos sin pedir permiso alguno (falangistas, republicanos de centro y de derecha, cedistas, conservadores, monárquicos, militares, clero, pueblo...), los convirtió en santos mártires de la cruzada contra la masonería y el comunismo, y los elevó a los altares de la patria no con la finalidad de resarcir el daño causado a las víctimas, sino de perpetuar la existencia del régimen. Todo un ejército de muertos indolentes, sin voz y ausentes, fueron removidos de sus tumbas para jurar fidelidad eterna al Caudillo, y de paso inocular el odio eterno a los otros, a los vencidos, a aquellos que con sangre o sin sangre en las manos fueron las víctimas de lo que hoy entendemos como “recuperación de la memoria histórica democrática”, en oposición clara a la franquista, que aún perdura.
El recientemente desaparecido poeta argentino Juan Gelman ha venido a decir que “lo contrario del olvido no es la memoria sino la verdad”; y la verdad, desde la reconstrucción del conocimiento histórico, nos dice que hay una memoria histórica antidemocrática que aún hoy podemos ver en el ábside la Iglesia Parroquial, calles varias, títulos y honores, ...
En Porcuna, el recuerdo a las víctimas de la “barbarie roja” la hemos podido rastrear a través de las actas capitulares desde 1937 a 1940. Así podríamos decir que hay un antes y un después de la guerra. De este modo:
El 25 de marzo de 1937, la Comisión Gestora Municipal, presidida por Alberto Barrionuevo Casado aprobó el pago de 115 pesetas "para los gastos que ocasione la fiesta cívico-religiosa (sic) de reposición de crucifijos en las Escuelas Nacionales que tendrá lugar el día 31 del corriente".
El 9 de septiembre de 1937, la Comisión Gestora, presidida por José Vázquez Alonso, acordó el pago de 90 pesetas al cura-párroco en "atención de haberse celebrado el día 4 del actual los funerales por las almas de las personas asesinadas por los Rojos (...)".
El 1 de septiembre de 1938, se acordó por la Comisión Gestora Municipal que se celebrasen "funerales por cuenta de este municipio en sufragio de los Sres. que fueron asesinados por las hordas marxistas de la localidad, el día 3 de septiembre de 1936, acto que tendrá lugar el día 3 de septiembre, en la Iglesia Parroquial de esta ciudad, quedando la alcaldía autorizada para la invitación de las autoridades locales".
El 14 de septiembre de 1938, se acordó el pago de un recibo del cura-párroco por "derechos parroquiales en la fiesta religiosa del 16 de julio pasado, aniversario del Glorioso Movimiento Nacional, 91 pesetas".
El 3 de diciembre de 1938, la Comisión Gestora Municipal aprueba el pago a "Florián Pérez por tres rótulos para la Cruz de los Caídos por 25 pesetas".
El 26 de enero de 1939, la Comisión aprueba el pago a Juan A. Cabeza "por trabajos de herrería en la Cruz de los Caídos, 84 pesetas".
Finalizada la guerra se creó en Porcuna, dentro de la gestora municipal, una Comisión pro-víctimas de la "barbarie roja". De este modo:
El 27 de julio de 1939 al párroco Manuel Burgos Corpas se le abona por gasto de una "Misa Mayor celebrada el 18 de julio 3º aniversario del G. Alzamiento, 11,85 céntimos de peseta".
El 17 de agosto de 1939, la Comisión Gestora Municipal dirigida de manera accidental por Benito Garrido Palacios, a propuesta suya, aprueba "conceder gratuitamente el lugar necesario para construir un mausoleo en el cementerio católico de la ciudad, donde puedan depositar los restos de las víctimas vecinas de la misma asesinadas por las hordas rojas, como consecuencia del Glorioso Alzamiento Nacional, quedando facultada la Presidencia para gestionar cuanto para ello sea necesario y autorizado para abonar por cuenta del ayuntamiento aquellos gastos que estime justos e indispensables hasta quedar cumplida la misión conferida de entrega de fosa a la Comisión encargada pro-víctimas de Porcuna". Igualmente se acordó el pago al cura-párroco por "derechos parroquiales de un funeral solemne, en sufragio de las almas de los señores asesinados por los rojos de esta ciudad, 74,70 pesetas". Esto, como saben, no llegó a materializarse, pues los restos de los asesinados en el cementerio reposan en una cripta en la Iglesia Parroquial de la localidad.
El 28 de septiembre de 1939, la Comisión Gestora Municipal, toma en consideración el requerimiento hecho por el General Queipo de Llano, para que una de las calles principales del pueblo sea rotulada con el nombre de "31 División", para "perpetuar el recuerdo digno de encomio durante la guerra pasada".
En ese mismo acta, a propuesta del cura-párroco, que "sobre el pedestal donde estuvo colocado el busto de Pablo Iglesias, hoy Plaza del Generalísimo Franco, se coloque una estatua del Sagrado Corazón de Jesús".
El 19 de octubre de 1939, la Comisión Gestora del Ayuntamiento acuerda contribuir con 150 pesetas a la suscripción popular abierta para adquirir la imagen de Ntro. Padre Jesús, destruida por "las hordas marxistas".
El 16 de noviembre de 1939, la Comisión Gestora acuerda el pago a Antonio Aguilera (Ruedas) de 65 pesetas por un lápida de mármol "dedicada a los mártires caídos por España".
El 15 de febrero de 1940 se pagan los siguientes importes por adquisición de marcos para el Ayuntamiento: dos para los retratos de José Calvo Sotelo y José Antonio Primo de Rivera, por valor de 7,50 pts; y una fotografía de la Virgen del Pilar por 4,90 céntimos de peseta.
En esa misma sesión, se autoriza al Alcalde para que haga las gestiones oportunas "al objeto de conseguir la colocación de una Cruz de piedra en el sitio del "Barranquillo", término de Torredonjimeno, lugar donde fueron asesinados por Dios y por la Patria los distintos vecinos de esta ciudad y cuyos gastos totales fuesen abonados de las cantidades existentes por donativos para estos y otros fines benéfico sociales recaudados por la Comisión respectiva y que obran en Depositaría". A esa fecha contaba con 27.907,79 céntimos de peseta, de las cuales 9.220 pesetas se habían destinado al arreglo de caminos. Ese mismo día se acordó la obligatoriedad también de asistir toda la Gestora municipal a la festividad del "Domingo de Ramos".
El 27 de febrero de 1940, Fernando Gómez Arrabal, propietario del "Barranquillo", concede autorización para la colocación de la Cruz de piedra "en memoria de los asesinados en dicho lugar por los marxistas".
De esta manera, con dinero público o de dudosa procedencia, el franquismo ha sobrevivido más allá de Franco, en paredes, iglesias, ayuntamientos, callejeros, ... La memoria histórica antidemocrática vive y perdura, mientras la verdad sigue negada por aquellos que se sienten sus herederos más inmediatos.
FUENTES:
- Actas Capitulares. Archivo Histórico Municipal de Porcuna (Jaén)
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Apartado de correos nº 47-23790. Porcuna (Jaén)
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