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domingo, 16 de abril de 2017

CONTRA EL SILENCIO Y EL OLVIDO




Vivimos tiempos difíciles para la MEMORIA HISTÓRICA, para la MEMORIA en general. No es algo nuevo. La sociedad española nunca ha mostrado un interés por conocer su pasado, sobre todo cuando la enseñanza abierta, diversa y profunda del mismo ha sido manipulada, tergiversada y acorde con la propia naturaleza de los que han dominado a la sociedad, de los vencedores. Para conducir a la sociedad a un estado inapetente, frío, los poderes y gobiernos han aplicado con mucho esmero y fuerza el silencio y el olvido, precisamente para justificar la falsa reconciliación, para asumir la derrota por completo y convivir con la impunidad de los actos, de los comportamientos y de los valores criminales de los vencedores. Han confiado en el paso del tiempo, en la muerte de los aún testigos, siendo todo esto un fuerte aliado de la desmemoria, de la pérdida por completo de la importancia del pasado democrático, de su recuerdo en la vida actual. Para conocernos hay que conocer la Historia, nuestro pasado, la experiencia  de madres, padres, abuelas, abuelos y muchos familiares que vivieron la II República, único período corto de cambio y revolución en la Historia Contemporánea de España, que muchas y muchos lucharon por ella, y que su memoria no debe continuar enterrada ni en cunetas ni en fosas comunes ni en cementerios, ni en los archivos públicos y privados, ni bajo el silencio y el olvido.

¡POR ESO, NO, NO HE VENIDO HOY AQUÍ A LLORAR! ¡BASTANTES LÁGRIMAS SE HAN DERRAMADO Y SE SIGUEN DERRAMANDO!  ¡NO!, ¡HE VENIDO A GRITAR, A UNIR MI GRITO POR LA JUSTICIA, LA REPARACIÓN Y LA VERDAD! Que es difícil, sí, lo sé. Mucho tiempo dominados por el miedo, mucho tiempo acosados por la muerte y guardando silencio y olvidando. ¿QUIÉNES FUÍSTEIS, JULIA MARTÍNEZ PÉREZ, JUAN PÉREZ ZUMAQUERO, JOSÉ CASADO CESPEDOSA, JUSTO AGUILERA COBO Y TANTAS OTRAS Y OTROS?, ¿QUÉ PENSÁBAIS, QUÉ HICÍSTEIS, QUÉ DEFENDÍSTEIS, CUÁLES ERAN VUESTROS PRINCIPIOS, CUÁL VUESTRA MORAL? MEMORIA, ayúdame a que vuelvan a la vida, ayúdame a conocerlos, a conocer la razón por la que desaparecieron. MEMORIA, no sigas ocultándote bajo la despreciable actitud de los pseudoprogresistas. ¡Cuántos años tapada, escondida!, ¿por qué?, ¿por miedo, por abandono, por deshonor? Que respondan los fariseos.

Dios, mi RAZÓN me dice que no existes, y como dice JUAN MARSÉ: “Soy algo más que laico, soy decididamente anticlerical. Mientras la Iglesia católica no pida perdón por su complicidad con la dictadura franquista, declararme anticlerical es lo menos que puedo hacer. Disfruto de una saludable clerofobia desde la más tierna adolescencia”, pero son muchos los que sí creen. Y en este sentido, a todos estos creyentes, porcunenses y de fuera, a tus representante en la Tierra (curas, obispos, cardenales, Papa, que no es una mujer, todos hombres, ninguna mujer) les pregunto si en el sentido de su religión ante la muerte se ha de mostrar un sentimiento de perdón, de igualdad, de bondad…, ¿por qué no lo han mostrado, ni lo muestran en la actualidad, hacia las fusiladas y los fusilados republicanos, a todas y a todos los que se encuentran enterrados en cunetas de las carreteras y de los caminos y en fosas comunes en los cementerios! Parece más bien una muestra clara de falsedad e hipocresía.

Se trata de recuperar la HISTORIA de los que reclamaron por un reparto justo de los recursos, por unos salarios dignos, por una protección laboral inexistente en aquellos momentos, por una lucha para la eliminación de la jerarquía (algo a lo que hoy día se está volviendo poco a poco disfrazándola de libertad y democracia putrefactas). Con el advenimiento de la II República –que hoy se recuerda el 86 aniversario de su proclamación- se trataba, por primera vez en la Historia de España, de un período de cambio, de avances democráticos y de conquistas sociales. La II República estableció la escuela pública, terminando con la hegemonía de la Iglesia Católica, dominada sólo por hombres, como en la actualidad; la Reforma Agraria, que trajo una nueva actitud sobre la distribución de la propiedad de la tierra, afectando, entre otros a terratenientes, a la iglesia; la Seguridad Social, que se opuso a la banca; la alfabetización de una sociedad muy anclada en el analfabetismo; el divorcio, que antagonizó a la iglesia; el derecho de organización laboral, que rivalizó con el mundo empresarial; la reforma del Ejército, que antagonizó a la jerarquía militar; el derecho al voto de las mujeres por primera vez en la Historia de España, y muchas otras medidas necesarias para modernizar el país y que las clases sociales pobres, humildes salieran de su estado de explotación, de dependencia, de hambre y de miseria.

“ESPAÑA ES UNA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DE TRABAJADORES DE TODA CLASE, QUE SE ORGANIZA EN RÉGIMEN DE LIBERTAD Y DE JUSTICIA”, como indica el artículo 1 de la Constitución republicana de 1931. “LOS PODERES DE TODOS SUS ÓRGANOS EMANAN DEL PUEBLO”, también artículo 1. “TODOS LOS ESPAÑOLES SON IGUALES ANTE LA LEY”, artículo 2. “EL ESTADO ESPAÑOL NO TIENE RELIGIÓN OFICIAL”, artículo 3.

Pero tras el golpe de Estado de 1936, la España del orden, patria y religión se impuso `por la fuerza y el terror al de la democracia, la República y la revolución. Volvió el tiempo de oscuridad frente a los días claros de modernización y civilización. Como apuntaba el escritor RAFAEL CHIRBES –por desgracia, fallecido el 15 de agosto del año 2015- en su obra “LA LARGA MARCHA”:
“España, en esos libros, es un eterno país nocturno e intransigente, cainita, en donde siempre la mitad ocupa por la fuerza el todo y lo pone a su servicio, un miserable país que grita `vivan las caenas´ y saca bajo palio a los tiranos, y usa el nombre de Dios como una pistola con la que disparar sobre el prójimo, y en el que un esperpento sangriento llamado Millán Astray apunta su arma contra Unamuno al grito de `Muera la inteligencia`, y donde los obispos bendicen los paredones desportillados por los impactos de las balas y manchados de sangre. Después de la larga guerra y de la terrible noche que le ha seguido, no queda nada que muestre síntomas de vida en España. Pensadores, científicos y poetas han muerto fusilados o han tenido que marcharse. Aquí no ha quedado más que la basura: energúmenos sudorosos que dan patadas a un balón; olor de sangre y estiércol y gritos de bárbaros en un redondel donde se tortura a un toro; tonadilleras que apestan a sobaco cuando levantan los brazos para tocar las castañuelas; y curas que chupan la sangre de la ignorancia y el miedo que han impuesto después de tantos años de muerte, con el solo objeto de engordar; matones que trabajan en grupo, que se imponen en grupo, que pagan y matan en grupo”.

Las fusiladas, los fusilados, las condenadas y los condenados a su total desaparición, las vencidas y los vencidos fueron víctimas de la barbarie promovida por los defensores del orden arcaico, defensores de los intereses  de unas clases sociales partidarias de la explotación y la desigualdad. Las y los republicanos porcunenses fueron condenados a la muerte, hundiendo su memoria en el olvido, haciéndolos desaparecer de la Historia de nuestro pueblo, Porcuna, de la Historia de España.

Tantos años de silencio en la dictadura, tantos años de silencio en la actual democracia. ¡Qué injusticia, qué inhumano! Como decía JORGE SEMPRÚN en el documental “Los caminos de la memoria”, de Marisa Paredes y José Luis Peñafuerte, del año 2009: “España se asienta hoy sobre valores democráticos, pero su memoria histórica sigue todavía dominada por los vencedores. Por muchos esfuerzos que se hagan, por muchas leyes de memoria que se hagan, todavía predomina la memoria de los vencedores. En España nadie sale a protestar porque haya beatificaciones de asesinados de un lado, y les parece normal que no haya “beatificaciones” del otro lado. No reivindican nada. Esto es un rescoldo de la dominación absoluta que han tenido sobre la memoria del pueblo, sobre la memoria colectiva, los vencedores. Han impuesto su memoria y su visión de la guerra civil. Hoy está en los libros que no fue así… pero en lo que es ese estrato profundo de lo que es la memoria colectiva, ahí siguen todavía dominando los vencedores”. Y como dice MIGUEL SÁNCHEZ-OSTIZ en su obra “El escarmiento”: “La memoria es sagrada, decían en plan pomposo, no, sólo es sagrada la de los tramposos, de los que quieren vivir en la impunidad, en la imposición de silencio para hacer lo que les da la gana”…”Hay que borrar las últimas huellas de la infamia. La historia se escribe así, borrándola, borrando lo que no nos conviene, trayendo a la luz aquello a lo que podemos sacarle algún provecho, manejando y manipulando fuentes que a los demás resultan inaccesibles, ocultando, falsificando, acomodándola a nuestras conveniencias y a las convenciones sociales en las que vivimos”.

De eso se trata, de que prevalezca su memoria y de que no se investigue su pasado. Como decía JAVIER ORTIZ en su artículo “La losa del pasado”, de octubre de 2008: “Los dirigentes del PP insisten en que no hay que mirar atrás, no hay que revisar la Historia, no hay que remover el pasado. ¿A cuento de qué esa obsesión olvidadiza? Ése es el punto clave: que tienen mucho que ocultar.

Protegen su pasado. El de ellos o el de sus inmediatos ancestros. Algunas de las fortunas de las que disfruta la más encumbrada derecha española de hoy provienen de expropiaciones inicuas que, caso de revisarse, podrían dejar a más de uno (y a más de ciento) con una mano delante y otra atrás”.

En este sentido, el período de la Transición de la dictadura fascista a la democracia española supuso la aceptación por parte de la izquierda del silencio y del olvido respecto a las acciones de represión y de robo o expropiación llevadas a cabo por los que formaban y defendían la dictadura, inventándose con ello el acto de la “reconciliación”; es decir, hay que preguntarse: ¿para que exista una convivencia pacífica en España, ha de basarse ésta en la no investigación del período de represión y de la dictadura, en no juzgar todos esos hechos, en aceptar la impunidad y convivir con ella? ¿No hay, pues, otra alternativa para una convivencia pacífica? ¿Pero qué clase de sociedad formamos?

Es necesario defender una JUSTICIA con la que las condenas sean anuladas; una REPARACIÓN, defendiendo los valores democráticos por los que lucharon y perdieron la vida los vencidos, y conocer la VERDAD, tener un conocimiento exhaustivo de su historia, de la historia de los represaliados. El Estado ha de hacerse cargo sin desviar la labor a las familias.

La izquierda de este país renunció a un impulso moral solidario con los vencidos. La recuperación de la memoria histórica de los vencidos entraña una legitimación, una conmemoración y una identidad de unos valores sociales y políticos olvidados, enterrados. La recuperación de la memoria histórica de los vencidos supone una apropiación selectiva y plural que resalta las similitudes entre pasado y presente. Pero por parte de la izquierda no hubo voluntad de defender ese pasado, esa memoria de unos valores democráticos alternativos a los que se impusieran.

Según GREGORIO MORÁN, “lo que pasó fue una traición de las fuerzas antifranquistas y el triunfo del arribismo político, en un esquema al que sin duda le sobra moralismo, pero que al menos tiene el mérito de plantear los resultados no como fruto de un idílico consenso, sino del chantaje, la obliteración forzada de los lazos entre la nueva democracia y la república, y la ocultación misma del carácter de clase del proceso. Se trataría de una derrota política y ética de la izquierda. En el proceso unos ganaron (los que habían colaborado con la dictadura) y otros perdieron.”

Puede decirse que en los años posteriores a la muerte de Franco y en la etapa de los gobiernos socialdemócratas que siguen a 1982 no existió realmente interés en desarrollar una política de memoria democrática que contrarrestara los estragos de la dictadura. El recuerdo de La República fue diluyéndose. Dejaron actuar al silencio y al olvido, los ángeles que llevaron la muerte de la memoria.

Como decía MAX AUB en su obra “Campo de los almendros”: “Estos que ves ahora deshechos, maltrechos, furiosos, aplanados, sin afeitar, sin lavar, cochinos, sucios, cansados, mordiéndose, hechos un asco, destrozados, son, sin embargo, no lo olvides, hijo, no lo olvides nunca pase lo que pase, son los mejores de España, los únicos que, de verdad, se han alzado, sin nada, con sus manos, contra el fascismo, contra los militares, contra los poderosos, por la sola justicia; cada uno a su modo, a su manera, como han podido, sin que les importara su comodidad, su familia, su dinero. Éstos que ves, españoles rotos, derrotados, hacinados, heridos, soñolientos, medio muertos, esperanzados todavía en escapar, son, no lo olvides, lo mejor del mundo. No es hermoso. Pero es lo mejor del mundo. No lo olvides nunca, hijo, no lo olvides”.

¡¡¡SALUD, VIVA LA REPÚBLICA, LUCHEMOS POR LA III REPÚBLICA!!!

PORCUNA, A 14 DE ABRIL DEL AÑO 2017

Juan Ruiz Bellido

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