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viernes, 4 de enero de 2013

De la desmemoria a la novela histórica: el ejemplo de Carteia.

Vista de Gibraltar
Hay quien dice que la Historia la hacen los historiadores; y hay quien opina, con razón, que también son ellos los que desvirtúan los hechos, los sesgan y manipulan a su antojo con fines propios del filibusterismo. Los hay también aficionados, con título; y los hay profesionales, sin título, inspirados, sin duda, por la musa Clío, y la tutela lejana de Heródoto.

1. Portada del folleto "Enclave arqueológico de Carteia"

Pues bien, hoy (por ayer) leyendo El País digital, en la sección "Andalucía" del 29 de diciembre de 2012, me encuentro con la siguiente noticia: "Un búnker para repasar la guerra. Carteia pretende convertir en museo uno de sus sistemas defensivos más recientes". Y es que la antigua ciudad romana de Carteia (San Roque, Cádiz), alberga en sus límites un par de "búnkeres" y un nido de ametralladoras, que según el director del "Enclave arqueológico", autotitulado "Conservador restaurador de Bienes Culturales" (desconocemos ese cuerpo superior facultativo dentro de la RPT de la Junta de Andalucía), nos viene a decir tanto en su blog, como en los folletos y notas de prensa que reparte en nombre de la Consejería de Cultura y Deporte, que "durante la II Guerra Mundial (1939-1944), y en el marco del Plan de Defensa del Campo de Gibraltar (sic), se construyeron desde el río Guadiaro hasta Conil cerca de 500 obras de fortificación militar. Se pretendía, -según sus carteles divulgativos- asegurar la zona del istmo de la Línea de la Concepción, así como sus flancos y el Estrecho, para garantizar la integridad del territorio español frente a un hipotético ataque aliado desde Gibraltar" (sic).

A. Panel explicativo.
En todas, y digo bien, en todas las notas, folletos, y demás cartelería divulgativa de la Consejería de Cultura y Deporte, a través del responsable del "Enclave", se nos narra la superficialidad de la "historia", la materialidad de los elementos que componían los "búnkeres", adornados próximamente con 15 muñecos (soldados), una ametralladora y varios cañones anticarro, que según ellos (sin citar fuentes) servirían para la defensa de una hipotética invasión desde el peñasco inglés de Gibraltar. Y es que la Historia, salvando las distancias, y con todos los respetos, es tratada aquí como una meretriz, como un reduccionismo funcional y militarista. Si los redactores de estas "novelas caballerescas" hubiesen rasgado con la uña la superficie de la Historia, ésta, siempre generosa, dejaría al descubierto las ubres del maná; y empezaríamos a narrarles una Historia diferente, social, pegándole todas las patadas posibles a la pirámide historicista, al positivismo nauseabundo y mezquino, haciendo historia, en suma, de abajo hacia arriba, desde lo anónimo (con nombre) hasta la cúspide corrupta.

¿Qué pueden pensar, sentir o admirar los turistas que visiten estas fortificaciones franquistas de Carteia?. Sencillo: lo que tú le cuentes en los costosos paneles divulgativos. Y hasta ahora, salvo que su autor (¿desconocido?) me demuestre lo contrario, la historia que nos cuentan es que después de la guerra civil, Franco, un señor que gobernaba España, construyó (supongo que con sus manos) todo un entramado defensivo de fortificaciones para defendernos de una previsible invasión "aliada" de ingleses desde la colonia gibraltareña; lo que sin duda es de agradecer por todo el pueblo español, pues así hemos tenido cuarenta años de paz. 

Supongo que cuando el director del "Enclave" narre la construcción y los modos de producción de la ciudad romana de Carteia, dirá que fue un conjunto de gremios y señores autónomos, cotizantes, sin duda alguna a la seguridad social, los que hiceron posible el milagro de la romanización y que todo, por reduccionismo, fue efecto del sincretismo, la paz, y el amor al prójimo. Lástima que se hable del arquitecto, en vez de sus maestros y albañiles. Y es que el imperio romano, y salvando las distancias, se fundamentó en el modo de producción esclavista; al igual que el franquismo, se valió de los derrotados, de la República vencida y de sus jóvenes, como esclavos romanos, para construir todo un entramado ofensivo militar, con un único objetivo: conquistar Gibraltar, para dar así rienda suelta a un megalómano con aires de grandeza de "caudillo lusitano", y que no le importó subyugar a todo un pueblo para conseguir sus fines.

B. Observatorio artillero, según el facebook del "Enclave Arqueológico de Carteia"

Estas últimas aseveraciones no son mías, sino de un joven historiador de la zona, que ha investigado minuciosamente la represión franquista en el sur de España, y en concreto, los batallones disciplinarios y de trabajadores, esclavizados por el régimen fascista triunfante de la guerra civil. En primer lugar, José Manuel Algarbani, en distintos artículos, nos dice que el "Plan de fortificaciones de la orilla norte del estrecho", en el contexto de la II Guerra Mundial, siendo España "aliada" del Tercer Reich, no es con carácter defensivo, como afirman los folletos de Cultura, sino ofensivo, como parte del plan diseñado por el Estado Mayor de Franco para atacar la base británica de Gibraltar y cerrar el Estrecho al tráfico marítimo. En segundo lugar, al margen de la materialidad de las construcciones (búnker, hospitales, reflectores, asentamientos de artillería, aeródromos, caminos militares, ...), José Manuel Algarbani destaca la importancia y la intrahistoria de la mano de obra esclava utilizada en condiciones infrahumanas por el régimen franquista. El autor estima que durante los años 1939 a 1945 trabajaron unos 15.000 prisioneros republicanos en la zona del Campo de Gibraltar.

En honor a estos hombres, donde hubo muchísimos giennenses y porcunenses, el Ateneo Republicano del Campo de Gibraltar, en colaboración con el Foro por la Memoria, y el asesoramiento de José Manuel Algarbani, han hecho posible la exposición y el catálogo "Los caminos de los prisioneros. La represión de posguerra en el sur de España" (2009), donde se nos da a conocer no solo el entramado constructivo militar; sino la significación histórica del momento y las vicisitudes humillantes y esclavistas por las que pasó el ejército republicano vencido.

Así pués, para finalizar, no estaría mal que en los materiales divulgativos de la Consejería de Cultura y Deporte de la ciudad romana de Carteia, apareciesen algunas referencias a quiénes construyeron estos elementos militares y las condiciones infrahumanas que soportaron. Narrar la historia no es hacer novela histórica, sino contar la verdad, sacar a la luz a sus protagonistas, que no son otros que los miles de hombres y mujeres anónimos que dejaron huella.

FUENTE:

- Imagen 1: Consejería de Cultura y Deporte, Instituciones Culturales, consultado on line el 2 de enero de 2013.
- Imagen A: "Carteia, patrimonio y arqueología", blog dirigido por el actual director del "Enclave arqueológico de Carteia", Manuel Jaén.
- Imagen B: Tomada del facebooh del "Enclave Arqueológico de Carteia" (2.01.2013).
- Algarbani Rodríguez, José Manuel (2008): «Los búnkers del estrecho y los prisioneros republicanos». Almoraima (36). pp. 451-460 del pdf.
- Algarbani Rodríguez, José Manuel (2009):  "Catálogo de la exposición itinerante "Los caminos de los prisioneros. La represión de posguerra en el sur de España"". Organiza: Ateneo Republicano del Campo de Gibraltar.

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