ANA MONTILLA CAÑAS
“La Nena”.
Ana Montilla Cañas fue una de esas jóvenes que vivió con rebeldía su tiempo. Entonces, al contrario que hoy, no era fácil ser rebelde, mujer y joven promesa. Ana contaba con 21 años cuando se produce el nefasto golpe de estado cívico-militar del laureado 18 de julio de 1936. Influenciada por sus hermanos, Antonio y Fernando, jornaleros y “metidos en política” desde mucho antes, nuestra joven protagonista de hoy, ya se hacía ver por la Casa del Pueblo con anterioridad al pronunciamiento militar, afiliándose desde su fusión a las Juventudes Socialistas Unificadas. Populoso tuvo que ser el 1º de mayo de 1936 en Porcuna, cuando a la mayoría de nuestros represaliados se les acusa de “abanderar manifestaciones” de carácter reivindicativo. Al igual que la palabra “rojo” fue eliminada del diccionario franquista, siendo sustituida por “colorao”; el régimen, siempre torticero, inventivo, y porqué no, siempre orweliano, también borró de la memoria la fiesta más aclamada por la prole, el 1º de mayo, que si bien hoy es una pantomima de los sindicatos de clase, otrora lo fue de elementales instintos de supervivencia: trabajo y pan. Al margen de las huelgas y manifestaciones del “bienio bolchevique” en Porcuna; la nueva clase franquista aún tenía muy “fresca” en su memoria las manifestaciones y huelgas de 1934 y 1936. No es extraño, por ende, que utilizasen el simplismo y el sofisma a la hora de acusar y condenar a los más desdichados.
Parroquia de la Asunción, convertida en Casa del Pueblo. 1937.
Entre estos cientos de acusados se encontraba Ana Montilla Cañas, conocida como la “Nena”, joven de poca estatura (normal para su época), de pelo rubio (impropio del terruño del sur); ojos pardos y de ideas claras. No fue difícil en su época “abanderar manifestaciones”, ir en cabeza de las mismas, al igual que cientos de mujeres que acaban de conseguir el voto en las elecciones de 1933. No fue difícil pedir un jornal justo y un equitativo reparto de la tierra. Sí, reparto de la tierra, porque el terruño, pese a que muchos investigadores locales les de por reiterarnos cada vez que tienen la ocasión que la “tierra en Porcuna estaba muy repartida”, y “que aquí no había grandes latifundios”, lo cierto es que esos argumentos enmohecidos del posfranquismo, del martilogio facilón, no nos sirven para explicar las grandes desigualdades imperantes en la sociedad porcunense de la primera mitad del siglo XX.
Ana Montilla fue detenida el 2 de junio de 1939. Fue una detención tardía – la gran mayoría de las mismas se producen entre abril y mayo de ese año- lo cual no deja de ser curioso a los ojos de la investigación, pues casi todos los detenidos con posterioridad a junio estaban ya en Porcuna desde hacía dos meses, o engrosando las cárceles de Jaén o Córdoba. La delación contra Ana responde, por su tardía detención, a una venganza personal contra ella o contra alguno de sus hermanos que en esos momentos ya estaban presos. Decimos venganza personal porque el denunciante es la primera que lo hace, o por lo menos, la primera vez que constatamos su nombre en alguno de los cientos de expedientes consultados por nosotros. Sí, así debió ser, cuano Juan Díaz Peláez, cabrero, denunció ante el todopoderoso Víctor Funes Pineda a nuestra protagonista. Nuestro cabrero dice de ella “que antes del Movimiento pertenecía a las Juventudes Socialistas y en las elecciones de 1936 robaba votos haciéndose pasar por quien no era, gran propagandista, abanderada de la Casa del Pueblo y dirigente de la misma. Al surgir el Movimiento se destacó por su propaganda contra las personas de orden, pidiendo a voces la muerte de las personas de derechas; intervino activamente y como dirigente en la quema y destrucción de imágenes; miliciana con uniforme y pistola, pidiendo para el Socorro Rojo Internacinonal” (nada nuevo, es la misma cantinela de siempre). Descansando se quedó nuestro cabrero, que iletrado él, fue ayudado con vehemencia por el Sr. Funes y su secretario, Sr. Barrionuevo. Llama la atención que Ana no fuese interrogada directamente tras la denuncia, aunque sabemos que estaba ya detenida, ingresando en el depósito municipal después, como certifica el Secretario de Falange, Enrique Barrionuevo. No sería de extrañar que Ana hubiese sido torturada previamente, vejada y sabes Dios, qué cosas más tuvo que soportar.
El 9 de agosto el juez instructor le abre las diligencias previas. Benito Garrido Palacios dice de ella que pertenecía a las JSU, fue miliciana con mono y pistola, y pidió dinero para el Socorro Rojo. Era 19 de agosto de 1939. El Sargento de la Guardia Civil, Juan Rodríguez Rodríguez, tristemente recordado por varios de nuestros entrevistados por su crueldad, dice lo mismo ese mismo día. Javier Morente, de FET, dice lo mismo el 21 de agosto. El cura, nada dice, siendo inusual que no pararezca su declaración.
Los anteriores proponen a varios testigos de acusación. Los designados lo son por azar, no importa demasiado que hayan o no visto a la acusada. Las puertas del local de Falange, el Ayuntamiento y la Guardia Civil, estaba siempre a rebosar de estómagos agradecidos que querían hacer méritos en el nuevo régimen. Así, los testigos, que de imparciales tienen poco o nada, son elegidos entre los nuevos empleados públicos colocados por la gestora. Testifican en contra de Ana, José Moreno Vallejos, cabo de la guardia municipal y Valeriano Párraga, guardia muncipal; amén del propio Juan Díaz Peláez. Todos dicen lo mismo, que “era abanderada en todas las manifestaciones políticas”.
Por fin, Ana Montilla Cañas es interrogada por primera vez el 13 de abril de 1940, casi un año después de ser detenida. Dice tener 25 años, soltera, hija de Antonio y de María, con domicilio en calle Benito Garrido nº 25. Dice que con anterioridad al Moviemiento perteneció a las JSU, perteneció a la Casa del Pueblo, iba a manifestaciones, y no prestó servicios para el Frente Popular. Se marchó a Torredelcampo donde le sorprendió el final de la guerra. Ana fue de nuevo interrogada en Jaén el 17 de abril de 1940, negando todos los cargos que se le imputan, pero afirmando con decisión y coraje inusual que sí participó en manifestaciones y que frecuentaba la Casa del Pueblo. De su conducta depusieron Ana "La Bonica" y Juan Andrés "Guitarra". Juan Andrés Casado dice que era de izquierdas y encabezaba todas las manifestaciones. Ana Montilla Moreno dice que era de la Casa del Pueblo e iba a las manifestaciones. Ninguno de los dos dijo nada que Ana no hubiese ya declarado.
Parece que estuvo en Porcuna hasta su auto resumen que tiene fecha de 4 de mayo de 1940, siendo trasladada con posteriodad a Jaén. El 7 de junio, reunido el Consejo de Guerra, presidido por Fernando Hueso Rubio, fue condenada a 6 años y un día por un delito de excitación a la rebelión militar, que fue ratificado por el Auditor de Guerra de Córdoba el 9 de julio de 1940. En agosto de 1940 se encontraba en la cárcel habilitada de Santa Clara, desconciendo, por el momento la fecha de salida de la cárcel.
Su hermano, Antonio, con 37 años, fue condenado a 18 años de prisión, pasando por las cárceles de Jaén y Sevilla entre otras. Peor suerte corrió su hermano Fernando, condenado a muerte con 29 años de edad, siendo ajusticiado en Jaén el 4 de julio de 1941.
De nuevo, una familia marcada por la tragedia; de nuevo un luto completo para una madre y un botón de abrigo forrado de tela negra en el ojal de la solapa para su padre. De nuevo, dos hijos en la cárcel por cometer el mismo delito: haber perdido la guerra.
Fuentes:
Expediente Sumarísimo de Urgencia contra Ana Montilla Cañas. Archivo Militar Segundo de Sevilla. Número 410, legajo 81; nº 3270.
ICAS-SAHP, Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Serrano.
Lo de la tierra bien repartida lo dijo Pablo Iglesias, en la Redonda, cuando vino a Porcuna invitado por Juan de Mata Dacosta Ollero, al ver Pablo Iglesias la parcelación existente dijo "Aquí no hay nada que hacer, ya todo está hecho".
ResponderEliminarOtra cosa es que hubiera diferencai sociales.
Cuando se investiga sobre nuestro pasado y nos encontramos con una referencia tan puntual y desconocida para mí sobre Pablo Iglesias en Porcuna, independientemente de la intencionalidad del comentario hecho por "anónimo", es un gran hallazgo porque representa una aportación a la historia no sólo de Porcuna, sino de la provincia de Jaén. De ahí mi interés, por lo que estaría muy agradecido conocer a través de este foro, o por correo electrónico (historiadejaen@gamil.com), algunas referencias:
ResponderEliminar> Fuente de la información
> Fecha en la que Pablo Iglesias visitó Porcuna invitado por Juan de Mata Dacosta Ollero
> Etc.
Gracias anticipadas.
Un cordial saludo
Santiago de Córdoba
A la luz del tamaño medio de las fincas en la época y del reparto de las mismas hay por ahí distintos trabajos que no destacan a Porcuna como un lugar de grandes fincas como sí lo son otros pueblos de Jaén. Criticar a los que afirman esto y no dar ningún dato que lo contradiga no sirve para nada. Muy distinto es las diferencias sociales, no deja de ser curioso que durante un régimen que se supone que "machacaba a las clases bajas para darlo todo a los nobles y terratenietes" como se suele decir desde ciertos ámbitos, las diferencias sociales disminuyeran muy sustancialmente... qué cambió en Porcuna? Más o menos yo creo que debieron irse sobre unos 5000 o 6000 vecinos...quizás esa era la clave, una superpoblación que si bien había sido necesaria durante las primeras décadas en cuanto aparecieron los tractores no tenían donde trabajar... el problema más que la parcelación de las fincas quizás fuese la población. A fin de cuentas no había muchos cortijos muy importantes, quizás solo el del Duque de Valencia y alguno más.
ResponderEliminarEstimado Calatravo, crear un debate en solitario, generando opinión sobre un hecho del pasado que nadie ha expuesto y fabular después sobre lo mismo, está muy lejos de mi petición sobre la fuente primaria o bibliográfica que el comentarista "anónimo" expone: "Lo de la tierra bien repartida lo dijo Pablo Iglesias, en la Redonda, cuando vino a Porcuna invitado por Juan de Mata Dacosta Ollero, al ver Pablo Iglesias la parcelación existente dijo ".
ResponderEliminarSi miras mi petición. no hace referencia a cómo estaba distribuida la riqueza agrícola en Porcuna, sino al hecho de la visita de Pablo Iglesias a Porcuna invitado por el ilustre político del XIX Juan de Mata Dacosta. Después de años y años investigando en el Archivo del Instituto de Estudios Giennenses, como por las publicaciones de mis amigos y compañeros Julio Artillo, Francisco Cobo Romero y Luis Garrido González, tengo todos los datos del primer tercio del siglo XX no sólo de Porcuna, sino de toda la provincia de Jaén sobre la distribución de la propiedad, número de trabajadores del campo, su afiliación política y sindical, el número de propietarios y la distribución de su cuotas por riqueza rústica/pecuaria, precios de productos de primera necesidad, etc....; no obstante, como exponía en mi comentario, "...cuando se investiga sobre nuestro pasado y nos encontramos con una referencia tan puntual y desconocida para mí sobre Pablo Iglesias en Porcuna,... es un gran hallazgo porque representa una aportación a la historia no sólo de Porcuna, sino de la provincia de Jaén". Efectivamente, desde el 18 septiembre de 1887, que visitó pro primera vez Linares para dar un mitin en el Teatro San Ildefonso ante una audiencia de 2.000 personas, hasta finales de septiembre de 1918, que lo hizo a Andújar para inaugurar la Casa del Pueblo en la Calle Juan Robledo 4, el líder socialista visitó la provincia 15 veces y no tengo constancia de que visitara Porcuna. Por tanto, no voy a entrar al trapo de tu crítica sobre algo que yo no he expuesto cuando dices: "... distintos trabajos que no destacan a Porcuna como un lugar de grandes fincas como sí lo son otros pueblos de Jaén. Criticar a los que afirman esto y no dar ningún dato que lo contradiga no sirve para nada".
Una vez aclarado cuál era el motivo de mi comentario, te diré que tampoco entro en el debate que intencionadamente estabas planteando sobre la recuperación de la memoria histórica en Porcuna so pretexto de la distribución de la propiedad...Sólo sería un diálogo de besugos o alimentar el debate político que ha provocado aquellos que están en contra de la Ley 52/2007, aunque yo también lo esté pero no por los mismos motivos, sino porque es una Ley descafeinada que deja desamparadas a las víctimas y a sus familiares, y porque sus artículos 2º y 3º siguen interpretando, como en el pasado, la historia al revés.
Por tanto, mi petición de colaboración dirigida al comentarista "anónimo" sobre la fuente que informa de "..cuando vino (Pablo Iglesias) a Porcuna invitado por Juan de Mata Dacosta Ollero", sigue siendo la misma y no otra.
Independientemente de lo expuesto, donde subyacen grandes diferencias entre ambos, espero encontrarnos en este foro pero desde la serenidad de los hechos y no desde el juego de intenciones.
Un cordial saludo
Santiago de Córdoba Ortega