Manuel Santiago nació en Porcuna en 1889. Estuvo casado con María Lucía Ballesteros Palomo, con la que tuvo 5 hijos, aunque otras fuentes apuntan a que fueron 8, todos menores de edad a comienzos de los años 40 del pasado siglo. Él era jornalero con tierras, en concreto de cinco fanegas de tierras calmas en los parajes de Pasá Carrera y Pechos de Escucha. Poseían una casa en la C/ Jesús, nº 21 de Porcuna. De su familia sabemos que tuvo como mínimo un hermano, Fernando, de 48 años de edad en 1940, y que fue condenado a 12 años y un día de prisión. Sabemos que Fernando ya estaba libre en Porcuna el 29 de marzo de 1940.
Parace que Manuel perteneció al Partido Socialista desde por lo menos 1936, aunque también es cierto que aparece (él mismo lo ratifica) fue interventor de Izquierda Republicana en las elecciones de febrero de 1936, que dieron el triunfo al Frente Popular. Durante los años del "bienio negro" republicano fue condenado por la Audiencia Provincial de Jaén, por el delito de tenencia ilícita de armas de fuego a la pena de cuatro meses y un día por sentencia de 17 de marzo de 1934. No llegó a cumplirse dicha sentencia, pues le fueron aplicados los beneficios de la ley de anmistía de 24 de abril de 1934, que benefició fundamentalmente a la derecha y a los militares golpistas del 32. Así consta en el certificado del secretario del Juzgado Muncipal de Porcuna, Juan Soriano Rodríguez, de 3 de octubre de 1939. En suma, llama la atención que no aparezca en ningún documento más dicho delito, y que en parte, coincida, con algunas afirmaciones, donde se dice que Manuel Santiago perteneció al Partido Republicano Radical, en aquellos años en el poder. Tras el golpe de estado franquista, en el verano de 1936, Manuel, como muchos, se hace miliciano voluntario, prestando servicios de vigilancia en puntos estratégicos del pueblo con el fin de evitar cualquier movimiento levantisco. Él mismo afirma que hizo guardias en el Matadero. Además, prestó servicios como "encargado" en la colectividad agraria de Cantarero, aunque la abandonó pronto, parece ser, por discrepancias en su gestión. En los últimos días de diciembre del 36, ante la proximidad de las tropas de Queipo de LLano, abandona Porcuna, dejando a su mujer e hijos en Porcuna. Se marcha a Jaén, viviendo en la C/ Santa Cruz, 15. Realizó allí trabajos para Rosario Molina Jiménez, posiblemente en la finca conocida como "Las Cuevas". Allí permaneció hasta el final de la guerra. El mismo día en el que entran las tropas de Franco en Jaén, un 30 de marzo de 1939, es detenido, y encarcelado en la Prisión Provincial, sin que nadie le explique los motivos de la misma.
El 25 de septiembre de 1939 se inicia su expediente de procedimiento sumarísimo de urgencia nº 43.969, por el Juzgado Militar nº 4 de Jaén, instruido por el Juez Instructor, Capitán Miguel Cruz Cuenca. Se le acusa de "rebelión militar".
En el Auto de Procesamiento celebrado en Jaén el 10 de febrero de 1940, se dice de él:
- perteneció a Izquierda Republicana, del que era dirigente y gran propagandista. - Al surgir el Movimiento se hizo miliciano voluntario prestando servicios en cárceles y demás lugares.
- Tomó parte en registros, saqueos y destrucción de imágenes.
- Excitaba a las masas para cometer desmanes. (sic)
DELITO: "Adhesión a rebelión".
El 25 de septiembre de 1939 se inicia su expediente de procedimiento sumarísimo de urgencia nº 43.969, por el Juzgado Militar nº 4 de Jaén, instruido por el Juez Instructor, Capitán Miguel Cruz Cuenca. Se le acusa de "rebelión militar".
En el Auto de Procesamiento celebrado en Jaén el 10 de febrero de 1940, se dice de él:
- perteneció a Izquierda Republicana, del que era dirigente y gran propagandista. - Al surgir el Movimiento se hizo miliciano voluntario prestando servicios en cárceles y demás lugares.
- Tomó parte en registros, saqueos y destrucción de imágenes.
- Excitaba a las masas para cometer desmanes. (sic)
DELITO: "Adhesión a rebelión".
Manuel vuelve a testificar ese día, y dice que no participó en saqueos, destrucción de imágenes, ni registros. Tampoco excitó a las masas. Sí dice que era socialista. En su favor declaran Manuel Ballesteros Millán y su cuñado, Juan Millán Casado. Los dos coinciden en que pertenecía al Partido Radical primero, y a Izquierda Republicana después. El sargento de la Guardia Civil dice que era de Izquierda Republicana, destacado elemento marxista, que participó en la quema y destrucción de imágenes religiosas. El Párroco, Ramón Anguita, a lo anterior le añade que sirvió con armas, pero nunca dice que participó en la quema de Nuestro Padre Jesús. Por el contrario, el Alcalde, Benito Garrido Palacios, emite un informe mucho más contundente, acusándolo de más delitos, en un claro ejemplo de "revanchismo" sobre los "perdedores". Reproducimos textualmente el mismo:
" (...) Manuel Santiago González, (a) El Guerra, pertenecía a los partidos de izquierda republicana de donde era dirigente y gran propagandista, distinguiéndose en cuantos mítines y manifestaciones por sus continuos insultos a las personas de derecha; en la tarberna de Luis Casado García, tuvo una refriega con el falangista (víspera del Movimiento) José Moreno Vallejos, que por intervenir los vecinos no ocurrieron desgracias personales, diciéndole públicamente que pronto se desquitaría. Surgido el movimiento se hizo miliciano voluntario con armas desde los primeros momentos prestando guardias en cárceles y demás lugares de la población; tomó parte además en registros y saqueos como así también en la destrucción de la imagen de Nuestro Padre Jesús; fue un continuo excitador de las masas para que cometieran toda clase de desmanes, Dios guarde a V. muchos años. Porcuna, 13 de ocbre de 1939. Año de la Victoria. Rúbrica ilegible."
Dicho testimonio será decisivo en la posterior condena a Manuel, pese a no coincidir ni con los testigos, ni con el resto de las fuerzas "fácticas" del pueblo, incluida la Falange. De hecho, en el Informe de Falange, rubricado por el Jefe Local, Javier Morente, éste incluso se confunde y lo apellida "Ramírez", en vez de "González". Dice que pertenecía a la Casa del Pueblo, y mala conducta y peligroso, miliciano con armas, hizo guardias y requisó cortijos, y fue un gran propagador de ideas marxistas. En el Auto de Procesamiento celebrado en Jaén el 10 de febrero de 1940, prevaleció el informe del alcalde, y se ratificó su prisión preventiva por el delito de "adhesión a rebelión".
En el Consejo de Guerra celebrado el 9 de julio de 1940, presidido por Enrique Cabezudo Casado, se le condena a 6 años y un día de prisión mayor y al pago de las correspondientes responsabilidades políticas, por un delito de "excitación a la rebelión". En los momentos de ser condenado se encontraba en la Prisión Habilitada de Santa Clara (Jaén).
A este jornalero, de 51 años de edad, de estatura media (1,65), de pelo canoso, barba poblada, con grandes cejas negras y ojos melosos, que sabía leer y escribir, se le conceden los "beneficios de la prisión atenuada", que debería cumplir en su domicilio, el 28 de octubre de 1941. Pero cual es la sorpresa, el desorden, el caos de aquellos momentos en las cárceles franquistas, cuando el Director de la Prisión Habilitada certifica que Manuel había muerto de gangrena el 14 de octubre de 1940. A los pocos meses de ser condenado, nuestro jornalero murió, suponemos, por las malas condiciones higiénico sanitarias de la prisión, donde se hacinaban cientos de presos, y donde cualquier arañazo o herida leve podría derivar directamente en la muerte.
Tremenda contradición la que se produjo con este hombre, que no pareció ser ningún peligro para nadie, que fue condenado por haber sido militante socialista, y que durante su estancia en Jaén, según las aportaciones de los testigos del Sumario, nunca se significó políticamente. Alguien lo denunció, y alguien lo condenó a la muerte. Atrás, en la distancia cercana, quedó su mujer e hijos, a los cuales no vió durante toda la contienda. No sabemos si llegó a escribir alguna carta a su familia, y si sus hijos pudieron abrazarlo por última vez. Sabemos, y así lo hemos contado, que murió de injusticia y desidia por un Régimen, que era capaz de conceder la libertad una vez muerto.
A este jornalero, de 51 años de edad, de estatura media (1,65), de pelo canoso, barba poblada, con grandes cejas negras y ojos melosos, que sabía leer y escribir, se le conceden los "beneficios de la prisión atenuada", que debería cumplir en su domicilio, el 28 de octubre de 1941. Pero cual es la sorpresa, el desorden, el caos de aquellos momentos en las cárceles franquistas, cuando el Director de la Prisión Habilitada certifica que Manuel había muerto de gangrena el 14 de octubre de 1940. A los pocos meses de ser condenado, nuestro jornalero murió, suponemos, por las malas condiciones higiénico sanitarias de la prisión, donde se hacinaban cientos de presos, y donde cualquier arañazo o herida leve podría derivar directamente en la muerte.
Tremenda contradición la que se produjo con este hombre, que no pareció ser ningún peligro para nadie, que fue condenado por haber sido militante socialista, y que durante su estancia en Jaén, según las aportaciones de los testigos del Sumario, nunca se significó políticamente. Alguien lo denunció, y alguien lo condenó a la muerte. Atrás, en la distancia cercana, quedó su mujer e hijos, a los cuales no vió durante toda la contienda. No sabemos si llegó a escribir alguna carta a su familia, y si sus hijos pudieron abrazarlo por última vez. Sabemos, y así lo hemos contado, que murió de injusticia y desidia por un Régimen, que era capaz de conceder la libertad una vez muerto.
Descanse en paz.
Fuente: Procedimiento Sumarísimo de Urgencia nº 43.969.
que la amnistía del 34 fue para salvarle la cara a los del golpe del 32??? Aquello fue un error del gobierno de Lerroux (ese gobierno que no debía haber existido nunca, pues las elecciones las ganó la derecha), y fue un error porque lo que tenía era que haber mantenido en la cárcel y haber apresado a todos los socialistas y comunistas que dieron un golpe de Estado en toda regla con la Revolucíón de Octubre del 34 en Asturias y Barcelona. Menuda forma de obviar cómo la izquierda española se conjuraba contra la República.
ResponderEliminarEs curioso que el hermano fuese condenado a 12 años y en el 40 ya estaba en su pueblo. Es un claro ejemplo de cómo se manipulan las frases cuando se dice que el estado franquista condenó a no sé cuántos miles a pena de muerte o a cadena perpetua y esos mismos no se preocupan en saber cuántas de esas penas se cumplieron de verdad.